Mixtape #1, lado A {lrh} // EN EDICIÓN

#15 - Disconnected

Casi dos semanas habían transcurrido desde mi pelea con Lacey y las cosas se estaban acomodando en su lugar. Ella no quiso arriesgar mucho más al ver que corría más peligro su reputación que la mía. Además, mi perspectiva era totalmente distinta. No me importaba qué pudieran decir o callar acerca de mí, yo sabía quién era y, quienes estaban a mi lado también.

Nada más importaba.

Me costaba admitir que ésas eran las reglas del juego. Realmente nunca pensé que un simple cambio de imagen podría desencadenar tal reputación, aunque, siendo honesta, sí debí verlo venir.

Respecto de mi relación con Luke, todo iba viento en popa. No éramos novios, y nunca me animé a preguntarle por qué, pero cada día nos sentíamos, o más bien, éramos más cercanos.

Cualquier persona hubiera apostado que éramos pareja. Celos, juegos, besos castos. No es algo que hagan los amigos, lo sé. Menos en frente de todo el mundo. Creo que eso era otra cosa más que dejó de importarme, el famoso qué-dirán.

Estaba pensando con los ojos abiertos, la luz apagada, pretendiendo dormirme un viernes por la noche luego de un arduo día de escuela, pero no lo conseguía. Me giraba para un lado, para el otro. Tenía la esperanza de escuchar a Luke cantar una de sus canciones si no lograba conciliar el sueño antes.

Justo como si me leyera la mente, mi teléfono sonó.

La pantalla mostraba una foto reciente de un rubio sonriendo mientras una chica con mechones rosas le daba un beso en la mejilla. Lukey.

-No, no estoy dormida -anuncié al contestar. Él soltó una risita, nervioso.

-Yo... lo lamento, Hails. No quise molestar, pero, eh... -Suspiró. -Mierda.

-¿Qué está mal, Lukey? -quise saber.

-Esto, Hails. -Mi corazón se detuvo por un instante.

-¿A... A qué te refieres con esto?

-No puedo cargar más con la culpa de por qué me distancié de ti, Hailey. -hablaba con voz temblorosa- Tengo que contártelo todo.

Me incorporé en la cama, mis latidos recobrando su ritmo habitual al entender que no había riesgos mayores.

-Te escucho -le indiqué, mas el rubio rio.

-¿Te gustaría acompañarme mañana por la noche a cenar? -me propuso- Sabes que quiero recompensártelo.

-Luke Robert Hemmings, no necesitas gastar un dineral para ello. -Rodé mis ojos, aún sabiendo que él no podía verme.

-Te sorprenderías de lo que se puede lograr con unos pocos dólares y mucha voluntad. -Pude jurar que estaba sonriendo. Me derretía de la ternura con tan sólo imaginarlo.

-Acepto, con la condición de que no cometas ninguna locura -contesté.

-Muy tarde, Hafner. -Volvió a reír. -Ya estoy locamente enamorado de ti.

Me mordí el labio, reprimiendo un gritito. Era todo un sueño hecho realidad.

-¿Hails, estás ahí? -consultó preocupado.

-Sí, lo siento. Creo que... se cortó la comunicación por un momento. -Oh, por supuesto que no.

-Hailey, ¿puedes acercarte a tu ventana?

Vi como la luz de su cuarto se encendió.

-Claro.

Me levanté de la cama, encendiendo el velador. Me miré en el espejo antes de abrir las cortinas y ventanas, para encontrarme con él, aún con su teléfono en la mano. Pasé al balcón, y él me imitó.