-ENCANTADORA DE GATOS-

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—El conjuro de viaje que hiciste, ¿A dónde nos mandó? —preguntó Inés poniéndose de pie

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—El conjuro de viaje que hiciste, ¿A dónde nos mandó? —preguntó Inés poniéndose de pie.

—Nos trasladamos a Japón, este es mi bosque favorito... es una lástima que no podamos quedarnos, hubiera sido... interesante. —Inés fingió no haber escuchado nada y recogió la maleta. —La mayoría de los conjuros que hago son en latín, así que tienes que aprender.

—Quod non est necessarium —Respondió orgullosa y él la miró sorprendido.                                                    (Eso no es necesario)

— ¿Scitis quid latine?— le preguntó retándola y ella sin titubear respondió.                                           (¿Cuánto sabes de Latín?)

—Satis est scire per medicamina et sacrificia calce asium suum Merlín. —Respondió feliz.                    (Lo suficiente para aprender hechicería y patearle el trasero a Merlín)

Dorian alzo una ceja divertido y se acercó más a ella cruzando los brazos.

—Vos autem nolo fallere non potes aleph tantum in me, in acie, in tantum ut det mihi osculum aulam: et non os tuum cum eo.                                                                                                                                       (No quiero desilusionarte pero no podrás ganarme nunca en un duelo, la única manera de desarmarme sería dándome un beso con esa boca tuya.)

Al decir esto último acarició la boca de Inés con su pulgar y le dio la espalda para que caminara de tras de él, cosa que se le dificultaba ya que la había dejado sin aliento.

—Si la señorita no tiene una respuesta a eso, podemos centrarnos en el siguiente paso. —Dijo caminando y ella lo alcanzó. —Como te conté mi familia no sabe nada sobre todo esto, cuando los veas procura no comentar nada, ya se me ocurrirá algo sobre ti, ellos tampoco deben saber que hablo... no aun.

—Bien...

—Ahora... dame tu mano, necesito elevar mi vibración, la herida me debilitó. —Inés un poco fastidiada por el tema de la vibración miró al cielo y le tendió la mano, así caminaron juntos por en medio del bosque, no decían nada. Hasta que Dorian se concentró y sacando el mapa dijo el conjuro necesario.

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Engatozada: DorianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora