Intentando conectar

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Tres meses después de la boda, George decidió pasar más tiempo con los dos hijos que más cerca tenía, por lo que invitó a Howard y Sheldon a pescar. En un principio, ambos se negaron, al fin y al cabo, Howard tenía dos hijos y Sheldon se acababa de casar, no era plan de irse. 

Fueron convencidos por las mujeres de ambos, que alegaron que tenían que pasar tiempo de calidad con su padre, que para bien y para mal, había sido una gran influencia en sus vidas.

Antes de que se dieran cuenta, estaban de camino a un lago algo alejado de Pasadena. Al llegar, plantaron tres cañas en el suelo, sacaron la nevera portátil, de dónde George sacó tres cervezas.

Pasó un buen rato y el padre se quedó dormido. Le despertó un grito:

- ¡ALÉJALO, ALÉJALO! -gritó Howard, al ver un pez en el anzuelo de su caña.

Estaba a punto de intervenir, cuándo escuchó a Shedon tranquilizar a su hermano:

- Tranquilo, es una cosita diminuta.

- No, ¡YO SOY UNA COSITA DIMINUTA!

- Yo también les tenía miedo de pequeño, pero no pasa nada. Mira, ya casi no se mueve. Respira...

- Vale,vale... Gracias.

- Ya está oscureciendo, voy a por la navaja.

- ¡¿LA QUÉ?!

- La navaja. Si no, ¿como crees que vamos a limpiar el pescado?

El antiguo entrenador de fútbol vio como su hijo menor le enseñaba como abrir en canal el pez y sacarle las tripas (con guantes, obviamente) haciendo que el mayor estuviera a punto de vomitar. Esa noche, cenaron aquel mismo pescado, echo en una parrilla que estaba cerca de dónde habían acampado. 

- Oh, oh. Chicos, nos hemos quedado sin agua.

- ¡¿Qué?! ¿Y que haremos? 

- Yo podría ir al pueblo más cercano y conseguir unas cuántas botellas. - sugirió Sheldon. Quería dejar a Howard y George solos. Hasta él sabía que tenían que hablar.

- Vale, coge la camioneta. - dijo George, lanzando las llaves a la mano de su hijo.

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El silencio estaba en un punto intermedio entre lo que es cómodo y lo que no. Howard miraba a su padre, deseando saber qué decir para romper la tensión. Recordó la maqueta de cohete que le regaló antes de irse. 

- La maqueta del Saturno V que me regalaste. Me juré que nunca la montaría sin ti.

- ¿Es que quieres montarla?

- No podemos. La monté el año pasado con Sheldon. Él, Raj y yo nos pusimos a hablar de nuestros padres, aunque nosotros no sabíamos que teníamos el mismo.

- Ya veo... Oye, hace más de una hora que tu hermano ha ido a comprar, ¿dónde estará?

- Ni idea. 

Pasaron otras dos horas y no había señales de Sheldon. Decidieron ir a buscarle. Al llegar a la carretera, oyeron el inconfundible sonido de una sirena. Un presentimiento les hizo seguir al vehículo, que se paró unos 400 metros más allá de dónde estaban. Preguntaron que había pasado al llegar que qué había pasado. Les explicaron que unos conductores que pasaban por allí avisaron sobre un accidente de coche. Mientras Howard seguía hablando con uno de policías que acordonaban la zona, George vio el coche accidentado. 

- ¡Hijo! - gritó George, corriendo hacia el vehículo,para ser detenido por unos médicos.



Lo siento, hijosWhere stories live. Discover now