¿Te amo?

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La mañana del lunes, la chica de coletas camina hacia su escuela, era extraño, pues por primera vez en su vida no tuvo que esperar a que su madre subiera a gritarle que despertara o se le haría tarde, o que Tikki tuviera que echarle agua encima.
Por primera vez, tuvo ganas de despertar temprano, sentía algo extraño cuando recordaba la noche anterior con Volpina, algún tipo de cosquilleo que no sabía explicar y que le daba energía.
—¡Marinette!— grita Lila mientras se vota a los brazos de la chica. Lila lo había pensado bien, se sentía tan alegre de poder disculparse de forma indirecta con su amiga, y descubrir que realmente no estaba molesta con ella, ya la empezaba a extrañar, empezaba a extrañar su aroma, y sus abrazos.
Marinette por su parte, igual extrañaba a la morocha, es cierto que le había tomado un cariño inmenso, pero no sé atrevía a hablarle por las extrañas sensaciones que había tenido últimamente hacia ella. Todos los de la escuela los miraban, incrédulos.
—¿Como pudieron resolver su problema tan rápido?— murmuraban. Sorprendidos por la escena ante sus ojos, mientras que un rubio se retorcía de celos en alguna parte de las jardineras. Quería acercarse y tomar a Marinette de la mano, gritarle a Lila que Marinette era suya desde un principio, y besarla frente a todos. Pero no podía, claro que no, era un modelo y tenía que hacer una imagen respetable, si un chisme se colaba y su padre se enteraba de eso, tendría por seguro que no lo dejaría salir más de casa.
Así que se tragó todos los celos, y camino hacia el aula, observando por el rabillo a la chica tras de el, no pudo consentrarse en toda la clase, de hecho, en una parte, para resolver una ecuación de energía cinética, puso como resultado el nombre de Marinette Dupaing-Cheng♥  
Cuando se dió cuenta, borró el nombre con las mejillas ardiendo, ¿Que es lo que me hiciste? Se preguntaba el chico, de pronto no pudo evitar comparar sus sentimientos con los de Ladybug, o por dios, casi se da una bofetada cuando descubrió que sentía los mismos cosquilleos en el estomago, y las inmensas ganas de besarla que con la chica de traje a motas. ¿Eso significaba que estaba enamorado de ella?. ¿Pero que haría ahora? Había rechazado a Marinette, y le había roto el corazón, lo sabía porque después de aquello eran extrañas las veces en que la oji-azul se acercaba a hablarle, el tenía que insistir para tener una conversación con ella, además, estaba Lila, se sorprendía de las cambios que daba la vida, hace unos meses atrás, la chica estaba enamorada de él, y hasta incluso había mentido para poder ser su amiga, pero ahora, parecía que lo despreciaba con toda su alma, por el simple hecho de acercarse a su amiga, y estaba casi seguro de que sentía algo por Marinette, pero no sabía que sentía Marinette hacia ellos dos.
Y era cierto, Marinette tenía un revoltijo en la cabeza. Es cierto que todavía sentía cosas por aquel rubio, pero la había rechazado, y no podía insistirle como una tonta, y Lila la hacía sentir extraña, pero no estaba seguro que sentía amor, o algo parecido a lo que sentía por Adrien, y luego Volpina, ¿Que había pasado aquella noche en el balcón? ¿Por qué justo ella? Volpina pudo haber ido con cualquier otra persona, con alguna amiga o amigo cercano, ni siquiera la conoce a ella. Y después se disculpaba por parte de Lila, pero ella había negado rotundamente que no era ella, entonces, ¿Quien?
Sintió doler su cabeza, y se recostó sobre la mesa, Marinette era inteligente pero se distraía con facilidad, aunque de todas formas eso no influenciaba en sus notas porque estudiaba en su casa. Cerro los ojos, y fue cuando todo el sueño que no sintió en la mañana, regresaba y mucho más fuerte.
—Marinette, ¿Te sientes bien?— pregunta la profesora.
—Me duele un poco la cabeza— dijo.
—Ve a la enfermería entonces— dijo, la chica asintió y salió del aula, con dos miradas verdes que la observaban preocupados.
Cuando llego a esta, pidió permiso para recostarse un poco después de tomar las pastillas que el doctor le había dado, se acostó y cerró los ojos.
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Sintió la mano de alguien acariciando su cabeza, abrió un poco los ojos, encontrandose con los ojos preocupados de Adrien.
—Despertaste...— dijo, mientras alejaba su mano de su rostro, lo notaba extraño— ya es tarde, deberías volver a casa, yo te a acompaño.— sugiero mientras le sonreía. Marinette sintió los nervios brotar desde su garganta, y casi se atraganta para contestarle.
—¡Claro, me encantas!, digo, me encantaría que me acompañaras, pero no es que no me encantes, digo...— dice, prefiriendo mantener silencio. Hacia mucho que ya no tartamudeaba frente a Adrien. El chico sonríe más de lo común, satisfecho de poner de esa forma a la chica aún, eso le daba la pequeña esperanza de que la chica aún lo quiera.
—Y..., ¿No quieres un helado?— pregunta. La chica de orbes azules lo mira sorprendida, ¿Algo así como una cita? Pensó. Asintió con la cabeza, temerosa de decir algo que hiciera cambiar de parecer al rubio.
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¿Una cita?, ¿¡UNA CITA!? ¿¡En qué estaba pensando!?. Se preguntaba Marinette. No había analizado todo y ahora se arrepentia, la situación se había tornado bastante extraña. Ambos no podían hablar cómodamente, y los roces eran suficientes como para que ambos se alejaran como dos metros de distancia. Cuando al fin llegaron al café, la situación estaba tensa, y ambos chicos eran un par de tomates andantes
Cualquier roce bastaba para que se alejaran casi kilómetros de distancia, por un momento Marinette deseo estar en su balcón, y que Volpina apreciera y la salvará de cualquiera.
—¿Cuál es su orden?— dijo un chico que al parecer era el camarero, algo coqueto. Oh, pero no hacía Marinette, sino hacia el rubio que apenas reparaba en el.
—¡Yo quiero helado de vainilla!— dijo Marinette con las mejillas rojas, llamando la atención de ambos chicos, uno la miró sorprendió y un poco molesto, mientras que otro lo veía tiernamente
—Yo igual, por favor— dijo, mientras le entregaba la carta al mecero, quien se retiró.
—Me alegra que haya venido— corto Adrien.
—A mí igual..., Lo que pasa, es que yo...— apretó los nudillos, <¿Debería decirlo?> Se preguntó, quedar en claro el hecho de que lo único que podrían era tener una amistad, no más. Para que así, Marinette no tuviera más expectativas, y no tuviera que sufrir.
—¿Que pasa?— pregunto Adrien después de una pausa, era evidente que la azabache estaba debatiendo entre decirlo o no, algo que asustaba a Adrien de alguna forma, pero que necesitaba saberlo. ¿O no?
La chica alzó si vista, y lo miro directo a los ojos, sus latidos incrementaron, y un sonrojo atravesó sus mejillas. Pero Marinette seguía sin decir palabra, todo esto empezaba a parecer extraño.
—Adrien, ¿Tu...?— no pudo terminar la frase, pues el chico de hace rato había vuelto esta vez con una bandeja, con dos helados de vainilla, movía las caderas como cual diva, y trataba de llamar la atención de Adrien, pero el rubio sólo pensaba en lo que Marinette quería decirle, ¿Se volvería a confesar? Si así fuera esta vez daría una respuesta afirmativa, tal vez no estaba tan seguro de lo que sentía por ella, pero sabía que no perdía nada con intentarlo.
Cuando el mecero aún fue, la oji-azul había perdido sus aires de preguntar algo, y miraba directamente hacia el vaso de helado.
Adrien decidió callarse, si ella no quería decirlo no la obligaría, pero era cierto que desde el fondo de su corazón tenía unas grandes ganas de preguntarle, y de obligarle a decir lo que preguntaría. Pero no, solo se calló.
La cita paso tranquila, entre ambos hubo risas y uno que otro coqueto por parte de el rubio, que Marinette clasificó como una tontería, que solo era parte de su imaginación, pero claro que sí eran coqueteos.
Cuando regresaron a la casa de la chica, ambos caminarln en silencio, pero a comparación con los otros silencios, estos no eran incómodos, era como si ambos al fin se entendieran.
<Hoy di un paso, de eso estoy seguro> pensaba el rubio riendo por dentro. En un momento, sus dos manos chocaron, y el hizo un acto que nunca se imaginaria hacer. La tomo de la mano, Marinette, asombrada lonkiro con las mejillas pintadas de carmesí, ¿Que significaba eso?
Los nervios corrienron oír todas sus venas, pero no apartó la mano, así llegaron hasta la casa de la azabache, que quería estar cuanto antes en su habitación para gritar de emoción.
—Esta bien, yo.. me tengo que ir, me la he pasado muy bien — dijo Adrien una vez llegando a su casa, y fue hasta entonces que la soltó, estaba emocionado, <sin duda me acerque a ella>
—Umm, si, gracias, fue una cita muy linda, como tú, digo, la cita fue linda, ti también eres lindo, pero, no estoy insinuando me ni nada, pero, tampoco es que me desagrades, ¿Desagradar me? No, me gustas, es decir..., Buenas noches— sentenció, con las mejillas todavía más coloreadas. <Que tonta>
Lo que ninguno de los dos sabía, es que alguien los observaba desde lejos, pero estaban tan ensimismados en su mundo, que apenas repararon en la presencia de esa persona, que sin duda les traería problemas.

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Chan, chan, chan, ¿Quien creen que sea? Quiero leer sus comentarios :D
Perdón por tardarme en actualizar uwu

Por cierto, denme ideas chicas, como quisieran que está historia vaya?

En fin., Las Jamo con quesillo, gracias por su apoyo 💛

Enamorad@ De Marinette/// Lila\Volpina Vs. Adrien\Chat Noir Where stories live. Discover now