Corre,escapa,huye [Cnco]

CAPITULO 33

Cuatro días. Cuatro días llevaba Erick ingresado en el hospital, solo.
Les había pedido várias veces a los enfermeros que le dejasen salir del hospital, que se encontraba bien (cosa que no era verdad) pero todos le respondían lo mismo: "No podemos darte el alta, aún estás débil"

Cansado de estar encerrado en una habitación y de estar lleno de tubos, Erick decidió la mayor locura de su vida; escaparse de un hospital.

Con cuidado de no hacerse daño, poco a poco fué sacando el tubo que tenía conectado a su brazo (el cual le proporcionaba antibióticos para el dolor) y lo dejó encima de la cama, junto a la mascarilla de oxígeno.
"Vale Erick" pensó. "Ya no te queda casí nada, solo conseguir salir del hospital sin que ningún enfermero le vea"
Armado de valor y ganas de respirar aire puro, Erick se dirigió hacía la puerta.
Al abrila, pudo ver que todo el pasillo estaba vacio. Y era normal, eran las dos de la madrugada, todos deberían de estar durmiendo o haciendo cambio de turno.

Nada mas poner un pie en el pasillo, Erick se dió cuenta de dos cosas; una, que iba descalzo, y dos, que llevaba puesta la bata del hospital, la cual era un camisón blanco que le llegaba hasta las rodillas y con un agujero en la parte trasera.
-Mierda. Susurró el menor mirándose de arriba a abajo.
Tenía dos opciones; volver a la habitación y cambiarse rápidamente de ropa, o aprovechar el momento y salir así vestido a la calle.

La decisión fue fácil cuando vió que uno de los enfermeros salía del cuarto de baño.
Sin que este le viera, poco a poco caminó por el frío suelo del hospital hacia las escaleras y comenzó a bajarlas rápidamente.

Cuando ya estaba en el tercer piso, un fuerte dolor de cabeza hizo que Erick tuviera un pequeño espasmo y se agarrará fuertemente a la barandilla para no caerse.
-Ah. Dijó tocándose la cabeza.
El dolor era tan fuerte, que incluso se obligó a cerrar fuertemente los ojos, rezando porque la oscuridad que proporcionaban sus párpados calmase un poco el dolor.

Al pasársele un poco el dolor, poco a poco abrió los ojos y miró a su alrededor. Por suerte ningún enfermero le había visto, aún tenía tiempo para salir de ese lugar.

Sin pensárselo dos veces, volvió a ponerse en marcha bajando rápidamente las escaleras.

No llegó muy lejos cuando de pronto, el mismo dolor de cabeza hizo que Erick pegará un pequeño grito de dolor y cayera de rodilas contra los azulejos.
Esta vez el dolor era mas fuerte, casi insoportable.
Una poca de sangre comenzó a salir de la nariz del menor, haciendo que este se asustará aún mas.
Algo en su mente le dijó que buscará una enfermera, que pidiera ayuda a gritos o que tal vez moriria ahí mismo, en las escaleras de un hospital.

Por una vez en su vida, Erick hizo caso a su mente y comenzó a gritar pidiendo ayuda con todas sus fuerzas.
La ayuda no tardo en llegar cuando una enfermera apareció por las escaleras. Esta, al ver a Erick tirado en las escaleras retorciéndose de dolor se llevó las manos a la boca.
-Oh, dios mío!
(Rápida como un rayo, corrió hacia donde estaba el menor y lo subio en brazos)
-Tranquilo. Dijó corriendo por los pasillos con él en sus brazos. Todo va a salir bién.

Mientras la mujer le llevaba por los fríos pasillos del hospital, Erick se atrevió a cerrar un poco los ojos, dispuesto a dejarse llevar por las convulsiones que estaba sufiendo en aquel momento.

Lo siguiente que recordó, fue escuchar a su enfermero (Jose Luis) gritar su nombre una y otra vez, pidiéndole que abriera los ojos.

☆☆☆

-Joel. Dijó una voz sacudiéndole. Vamos despierta, es la hora.
(Al abrir los ojos, se encontró a Johandri enfrente de él, con su típica sonrisa en el rostro)
-Agh, déjame en paz! Dijó Joel dándose la vuelta. Despiértame cuando hayáis decidió dejarme libre.
-Joel. Volvió a decir Johandri sacudiéndole con fuerza. Esto es enserio, tienes que levantarte o ellos lo harán a la fuerza.
-Que lo hagan, no tengo miedo.
-No lo entiendes. Dijó Johandri negando con la cabeza. Si ellos vienen a por ti no van a ser tan simpáticos como yo, ellos te harán daño.