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Me quedé quieta mirándolo, estaba con un cara molesta, se notaba a mil leguas que estaba desquiciado de algo.

—¿puedes dejar de gritar como loca?—soltó de repente.

Ah, por eso.

—Nop— lo desafíe.

— ¿Qué?— respondió él tajante.

Lentamente se recostó por el umbral de la puerta, y a simple vista pensarías que desde lejos, somos unos adolescentes coqueteando. Pues luego te dabas cuenta que nada era así.

—Que no, sordo— respondí con simpleza.

— cómo no quedarme sordo— respondió este—. Cantas como si te estuvieran secuestrando o algo así.

Yo sabía que no cantaba como los ángeles, como Adele. Pero tampoco cantaba tan feo ¿o sí?

—¿Ah sí?— me acerqué a el unos centímetros más para desafiarlo— hasta donde yo sé, no cantas como los ángeles.

La verdad si cantaba como un ángel, e incluso los demás. Todos tenían voces angelicales, pero no dejaría que Corbyn me intimidara.

El comenzó a reírse en mi cara y luego me tomó de la barbilla

Ok, esto sí era raro.

— ¿Quieres averiguarlo?— expresó muy cerca de mi rostro, su aliento chocó contra mi nariz y labios.

Ya me hice pipi.

¿Qué?

Me quedé quieta, sin saber que decir, me puse tan nerviosa que ni sabia donde andaba mi mente ahora mismo.

Ah sí, en los labios de Corbyn.

El sonrió con triunfo y simplemente se fue. Me quedé ahí mismo estática, sin saber qué hacer.

Jesús, qué me hiciste.

—!¿Qué está pasando aquí?!—gritó Alex con emoción.

Oh.por.Dios. había olvidado que Alex estuvo todo el tiempo detrás de mí.

—¡Qué sé yo!— grité cerrando la puerta con mi trasero.

Definitivamente Corbyn Besson me estaba desafiando, y yo no me iba a quedar de brazos cruzados.

— ¡son tan lindos juntos! —gritó Alex con entusiasmo.

Le tiré la almohada que me había lanzado anteriormente, justo en su cara.

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Caminé por los pasillos del edificio, llevaba puesto mi auricular. Pero esta vez ya no cantaba como loca desquiciada.

Eran como las seis de la tarde y yo caminaba sola por ahí. Salí del edificio y me dirigí a una librería.

Deseo comprar un libro para mi madre.

Mientras recorría por ahí adentro oliendo los libros, tocándolos y admirando cada uno de ellos, me detuve en uno que me llamó la atención.

Leí su prólogo y realmente me gustó. Creo que a este también le gustaría a mi progenitora.

Le pedí al que vendía libros que lo envolviera con papel de regalo. Y al terminar me sonrió.

Me acerqué a la puerta de vidrio que tenía una campanita pequeña para que sonara cada vez que entraba o salia alguien.

Me gusta su sonido.

Antes de que pueda abrirlo, un chico se apresuró de hacerlo por mí y la campanita sonó.

LOVE IS LOVE (Corbyn Besson)...[Wdw]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora