Capitulo 7

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Me desperté sintiendo frío y noté a Mateo dormido a mi lado, me estiré para tomar la cobija y taparnos, me sentía muy feliz había sido una buena noche, de repente cuando me volví a acostar en su pecho recordé que no había sido una noche cualquiera, que Mateo tenía amnesia y que no sabía cual iba a ser su reacción a lo que habíamos hecho. Además me preocupaba que solo hubiera sido sexo para él, no tenía más de una semana que me había dicho que no me amaba.

No sabía que hacer, había supuesto muchos escenarios y ninguno parecía bueno, en todos sentía a Mateo enojado conmigo, por eso mejor salí de su cama y me fui a mi departamento. Estaba muy triste, necesitaba llorar, la situación en verdad era desesperante, necesitaba regresar a nuestra vida, teníamos que viajar a la Isla para verificar el hotel, en la empresa había clientes y proveedores que preferían hacer las negociaciones directamente con él, quería regresar a tener tiempo para esculpir pero sobre todo quería que me volviera a decir "muñequita", que me dijera que me amaba, que me tocara para saber como me quedaba lo que él me había elegido para ponerme, que fuera ese maravilloso hombre con superpoderes que había conocido.

El nuevo Mateo era alguien que necesitaba mi ayuda y me inspiraba ternura, era guapísimo eso sin duda pero no era mi Mateo, se le notaba inmadurez, desconfianza y era muchas veces rudo para hablar.

Después de llorar mucho me quedé dormida, en algún momento escuché que tocaban a mi puerta. Me paré e intenté ver que hora era pero no encontré mi celular, lo había dejado en casa de Mateo.

Caminé a la puerta y al abrir lo encontré vestido y con cara de preocupación.

--Pasa-- Le dije aún adormilada, sentía que no había dormido ni una hora.

--¿Podemos sentarnos en la sala? Necesitamos hablar-- Me había dicho con un tono de voz muy rudo, no me gustaba que me hablara así.

--Si claro-- Le dije me senté y esperé que el hiciera lo mismo, generalmente se sentaba en el mismo sillón que yo pero en esa ocasión había buscado el que estaba enfrente.

--Perdona por lo de anoche-- Me dijo pero sin ápice de disculpa, en su cara se notaba molestia, como si estuviera enojado con lo que había pasado.

No había dormido lo suficiente y me sentía irritable.

--Igualmente, disculpa-- Le dije con un tono molesto, su cara cambió unos segundos por la sorpresa, era la primera vez que me sentía enojada con él.

--¿Quieres que desayunemos juntos?-- me pregunto de muy mala gana.

--No, perdona pero quiero dormir otro rato-- Sabía que él podía prepararse el desayuno solo, los últimos dos días lo había hecho, solo había bastado estar en su departamento para que recordara como cocinar.

--De acuerdo, nos vemos-- Se paró de mala gana a pesar de lo molesta que estaba respiré y con la voz más dulce que pude le dije:

--Si necesitas algo avísame por favor--

--Gracias-- Dijo sin voltear a donde estaba y salió.

Me sentía molesta, triste pero sobre todo cansada, me regresé a mi cama y me dormí.

Pasado un buen tiempo, me desperté por el sonido del timbre nuevamente, me sentía mucho mejor, abrí la puerta era Mateo.

--Ten no deja de sonar y no se como callarlo-- Me entregó mi celular y se fue.

No pude decir nada, no había querido enojarme con él, quería correr a abrazarlo, quería que regresara, que fuera mi Mateo, me metí a mi departamento y no pude dar un paso mas, cerré la puerta, me recargué en ella y me deje caer, no podía contener el llanto era super doloroso.

Tu oscuridad es mi felicidad 2Where stories live. Discover now