Capitulo 13

1K 112 4
                                    


Kyuhyun cerró la puerta y llegó a Sungmin en dos zancadas. La arrastro por la fuerza a la jarra y cuenca.

—¡Ya basta! —gritó Min agitándose contra él, mientras que él le empujaba la cabeza hacia la cuenca y le vertía agua sobre el mechón de pelo que se había tenido.

Sungmin escupió con furia

—¿Qué te pasa? ¿Qué estás haciendo?

—Estoy lavando esa porquería de tu pelo. —le gruñó.

Él vació el resto del agua en su cabeza. Sungmin gritó y luchó, llegando salpicarlo con esta, hasta que se formaron charcos en el piso y la alfombra. Lucharon hasta que Sungmin terminó recostado en la húmeda alfombra. Sus anteojos había volado, convirtiendo la sala en un borrón. Pero el rostro de Kyuhyun estaba a escasos centímetros por encima del suyo, sus ojos eran como fuego y tenía la mirada fija en el.

Él le sometió sin esfuerzo, sujetándola por las muñecas y el torso, como si Min no fuera más que una prenda ondulando en un tendedero.

Era muy pesado para Min. Podía sentir sus músculos, su peso sosteniéndolo y su masculinidad apoyándose entre los muslos. Se retorcía de impotencia. Sungmin quería que él lo dejara ir y al mismo tiempo, quería que se quedaran así, para siempre... con sus caderas presionándola más duro, más profundo.

Sus ojos se mojaron.

—Por favor... —dijo en voz alta atragantada. —Por favor, no me apreses de las muñecas.

Al oír la nota de miedo en su voz, el rostro de Kyuhyun cambió. soltó sus brazos a la vez. El se recogió contra él, llorando con la cabeza contra su hombro.

—No. —Murmuró él—No tengas miedo de mí. Yo nunca...

Sungmin sintió que le besaba un lado de la cara, el borde de la mandíbula, el movimiento frenético de su garganta.

Olas de calor se deslizaron sobre Sungmin, aumento la sensibilidad en lugares donde sus cuerpos se presionaban. El dejó caer sus brazos extendidos en el suelo, siéndoles débiles. Pero sus rodillas se apretaron contra su musculoso cuerpo, abrazándolo por instinto.

—¿Qué le importa a usted? —Le preguntó, descubriendo que su camisa estaba húmeda. —¿Qué te importa de qué color es mi pelo?

Sungmin sintió la dura pared del pecho debajo de la camisa, quería hurgar debajo de la ropa, frotar su boca y mejillas en su pecho. Su voz era suave y feroz.

—Porque no eres tú. No está bien. ¿De quién te estás escondiendo?

El movió la cabeza débilmente, con sus ojos llorosos.

—No puedo explicar. Hay demasiado...no puedo. Si supieras, me tendría que ir. Y yo quiero estar contigo. Aunque sólo sea un poco más... —Un sollozo se le escapó de la garganta. —No. espera, me refería a tu familia.

—Puedes quedarte. Dime qué pasa, yo te puedo proteger.

Min se atraganto en otro sollozo. Sintió un hilo de agua caliente e irritante en un lado de la cara. Una lágrima se deslizó hasta la línea del cabello. El intentó llevar una mano para secarla, pero él ya había puesto su boca allí, sus labios absorbieron el rastro de la sal mojada.

La mano temblorosa de Min se curvo siguiendo la forma de la cabeza de él. Min no tenía intención de animarlo, pero él lo tomó como tal, su boca tomo la suya con avidez. Y el con un gemido Sungmin se perdió en un sentimiento de urgencia. Deslizó un brazo por su cuello, sosteniéndolo mientras la besaba. Podía sentir la emoción en él, escuchar lo escofina de su respiración mientras la buscaba y tomaba su boca y lamía su profundidad.

Casados Por La Mañana [KyuMin] Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora