Capítulo 18

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  • Dedicado a Bihanka Alvarez Pinto
                                    

Él respetó las típicas tres casas antes de la petición de Jesse luego de su primera cita, orilló el auto y soltó la manivela. Ambos suspiraron con coordinación involuntaria, se miraron y rieron al darse cuenta. Era la hora de despedirse, parecía que ninguno de los dos se animaba a admitirlo.

―Quisiera no tener que bajar.

―Yo quisiera que te quedaras todo el día junto a mí ―tomó su mano, lo decía a manera de súplica.

―Yo también ―mencionó ella tomando su rostro, acariciando la tersa piel de sus mejillas.

Ben se inclinó para dejarle un beso de despedida, tenía tanto tiempo de esperar el momento en que al fin encontrara una chica como ella, especial, sencilla, que lo viera como un chico normal y no un famoso adinerado. Ahora que la tenía no quería dejarla ir.

― ¿Puedo buscarte otro día? ―preguntó mientras ella se preparaba para salir.

―Cuando quieras ―respondió sonriente.

―Hasta pronto mi princesa ―alcanzó a decir antes de que ella se bajara y cerrara la puerta. Ella acomodó su carga y caminó en dirección a su casa, volteó a ver a Ben un par de veces mientras se alejaba, él solo la miraba alejarse con una sonrisa y brillo en los ojos, apoyando su barbilla contra sus manos en la manivela. Antes de ingresar al terreno de casa, Jesse alzó su mano, despidiéndose por última vez antes de entrar.

Caminó hasta su habitación y lanzó las bolsas en la cama, volviendo al pasillo, la casa al parecer estaba vacía. Regresó a la primera planta y caminó hasta la cocina.

― ¿No dormiste aquí verdad? ―ella saltó de la impresión, lo menos que esperaba era encontrarse con Daniel sentado en una de las sillas de comedor.

― ¡Casi me matas de un susto! ―reclamó Jesse― ¿Qué haces aquí?

― ¿Me vas a responder? ―preguntó Danny muy dispuesto a obtener una respuesta.

― ¿Tengo que hacerlo? ―preguntó de vuelta mientras buscaba algo para comer.

―Pasaste la noche con Tom verdad―preguntó un tanto molesto y exaltado.

― ¡No me retes! ―reclamó ella con firmeza.

―Pasaste toda la noche con él, por eso no me lo quieres decir. ¡Me lo prometiste Jesse!

―Primero... tú solo eres mi amigo, no tengo por qué darte cuentas a ti de lo que hago o dejo de hacer, sea o no con Tom. Segundo, no.... no pasé la noche con él.

― ¿Entonces donde estuviste toda la noche? ―preguntó con aquella duda creciente.

Él era su único amigo, si no estaba en casa y tampoco estaba con Tom. ¿Dónde podría haber ido?

―Paso ―respondiendo así a su pregunta, no quería explicarle su romance con la otra mitad de Tom― El que tiene que explicarme ¿cómo entraste? Eres tú. ¿Sabes dónde están todos?

―Cada uno en su oficio. ¿Me vas a contar que sucedió con Tom? ―insistió de nuevo.

Jesse lo miró seriamente, rodó sus ojos y exhaló con fuerza, todo rondaba alrededor de Tom, y Danny jamás dejaría el tema hasta que no obtuviera respuesta.

―Terminó muy mal ―se limitó a responder para luego tomar una caja de cereal de frutas del estante y darle la espalda en busca de una tasa.

― ¿Mal cómo? ¿A qué te refieres?

Por lo visto el jamás se dejaría de interrogarla hasta tener una respuesta satisfactoria. Volteó a mirarlo y dejó la taza de cereal en la mesa.

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