"Por un momento"

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- Vale... ¿está bien, entonces?

La voz de Mimi despierta a Raoul. Abre los ojos asustado. Nunca le han gustado las llamadas de madrugada. Cuando ve que hay más bien poca preocupación en la cara de su amiga, decide que es mejor dormir y descansar. Mañana hay concierto de nuevo y necesita recargar las pilas.

Los últimos días están siendo duros, mucho más de lo que pensó cuando, un mes atrás, acordó con Agoney darse un tiempo. Darle un tiempo a su chico era lo mínimo que podía hacer, aunque le rompía en mil pedazos. Joder, se había dicho mil veces a sí mismo, no debería haberle hecho caso y debería haber estado con él cada puto segundo, a su lado, físicamente. Joder.

Se da la vuelta en la cama e intenta omitir el sonido de la persona al otro lado de la llamada de Mimi.

- Bueno, que no haga esfuerzos, claro. Supongo que los bailarines ajustarán lo que tengan que ajustar y ya está. No es su culpa. Vale. Hasta ahora.

Raoul vuelve a girarse y, una vez asumido que el sueño no va a regresar todavía, que le van a seguir atormentando momentos con Agoney de los que solo ellos dos han sido testigos, mira con cuestión en los ojos a su amiga.

- Nada, Raoul. Duérmete.

- ¿Ha pasado algo?

- Una lesión. No es nada. Duérmete.

- ¿Lesión? ¿De quién?

Silencio.

La chica le mira pero no articula palabra. Raoul lo sabe entonces. Se levanta, no quiere escuchar a Mimi pidiéndole que vuelva a la cama. No necesita que nadie le diga qué hacer ni cuándo. Da gracias a la luz de la mesilla por alumbrar el suelo y encuentra sus zapatillas rápidamente.

- Raoul.

No le hace caso. No le importa lo que le quiera decir. Sale por la puerta y busca con los ojos la numeración de la habitación que Juan Antonio le había dicho que iba a compartir con Agoney. La misma habitación que deberían haber compartido ellos dos. Le duele pensarlo, así que deja de hacerlo cuando aporrea la puerta.

Silencio. Otra vez.

- Mierda... - lo susurra.

Le sorprende que Mimi no le haya seguido, pero eso no hace más que confirmarle que la rubia sabía que no iba a encontrar a nadie en esa habitación vacía. Así que se sube en el ascensor y baja hasta el vestíbulo.

Ficha uno de los sillones que quedan junto a la puerta y se deja caer sobre él. Apoya los codos en las rodillas, la cara en sus manos y hunde la cabeza, dejando los hombros caer con ella. No puede dejar de pensar en qué tipo de lesión ha sufrido Agoney. No puede dejar de torturarse pensando en que no ha estado ahí para él, le ha fallado... otra vez. 

- No quería fallarte... - le había dicho entre lágrimas semanas atrás.

- Y no lo hiciste, Raoul. Pero necesito tiempo. No sé gestionar todo esto. No sé y no puedo aprender si tengo un foco apuntándonos todo el rato.

- Lo siento.

- No lo sientas, mi niño. No quiero joder esto... ¿Lo entiendes? Te quiero, y por eso quiero hacerlo bien. Hacerlo ahora no es hacerlo bien. No cuando yo no estoy bien. No es justo para ti.

- Es que... Joder, Agoney. 

- Raoul... no lo hagas más difícil. Sabes que tengo razón. Necesitamos espacio, entre nosotros y entre nosotros y las fans. Y los medios. Y los focos. Solo es por un momento

- Por un momento.

- Uno solo, rubio. Dámelo y te prometo que después no habrá infierno que pueda con lo nuestro.

Por un momento (One-Shot Ragoney)Where stories live. Discover now