Raoul supone que todo vuelve a empezar en Valencia. Llevan todo el día buscándose, utilizando sus voces más agudas y cariñosas para decirse tonterías y sarcasmos. Han estado separados los últimos días, pero no han dejado de hablarse. Todavía no han vuelto a las llamadas antes de dormir, pero no pasan una hora sin un mensaje.
Cuando Raoul besa su mano sobre el escenario, sale corriendo como un niño travieso. Se reencuentran donde no hay más que un par de bailarines repasando.
- ¿Un beso en la mano? - le pregunta Agoney.
- Un beso en la mano.
- Te voy a matar - lo dice con una sonrisa de esas que a Raoul tanto le gustan y que Agoney tanto se empeña en esconder.
- Mmm... tendrás que acercarte más para tenerme a punto de tiro.
Agoney avanza un paso, vacilando y sin dejar de morderse el labio.
- ¿En serio? Más cerca.
Otro paso. Diminuto.
- ¿Me tienes miedo?
- Te tengo ganas.
Raoul intenta recuperar el aire en las tres zancadas que Agoney da. Se queda cerca, pero no lo suficiente.
- Respira, mi niño.
- Cabrón - suelta Raoul y hace reír a Agoney.
- ¿Me besas o qué?
- O qué, cariño, o qué.
Raoul gruñe, frustrado. Agoney estira los dedos para acariciar su rostro.
- ¿Quieres dormir conmigo hoy?
- Ago... ¿estás seguro?
Asiente con la cabeza y acerca su rostro lo justo para que sus narices se rocen. Un beso de esquimal. De sus favoritos.
- Te echo de menos.
- Lo sé, peque. Yo igual.
Raoul no se queja ni del mote que ha utilizado. Le gusta que vuelva a sentirse lo suficientemente bien como para hacerlo.
- Si te beso, ¿me besas?
- Que a mí me gustas con los labios hinchaditos y el pelo por todas partes, que conste. Pero no sé yo si los quieres así en el escenario.
Raoul cierra los ojos. Agoney vuelve a golpear sus narices.
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Por un momento (One-Shot Ragoney)
قصص الهواةOne-Shots inspirados en lo que Raoul y Agoney hacen en la vida real y en lo que, tal vez, pasa en los hoteles y en el backstage.
