02 - Tour.

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Dos.

Lo malo de que tus amigos fueran unos perezosos de primera era, bueno, todo. Cuando Nathan y Taylor se despertaron era casi media noche y como tenían hambre me obligaron a bajar con ellos a la máquina expendedora del lobby, que por suerte ya estaba disponible para nuestro uso.

Nos sentamos en un cómodo pero feo sillón azul y colocamos en la mesita de centro tres tazas de café y otras cuantas porquerías que Nathan, con su brazo flacucho, sacó de la máquina.

— Brindo porque hayan entrado chicas guapas este año —él alzó su taza y la chocó con las nuestras mientras reíamos.

— Yo brindo para que la de biología no me traiga del chongo —exclamó Taylor—. Y también para que encuentre el amor.

— Ya empezó con sus mariconadas —me susurró Nathan al oído y reprimimos las risas.

— No son nada discretos —estoy seguro de que nos habría lanzado cojines de no haber sido porque tenía una mano sosteniendo la taza y la otra rascándose las bolas—. Bueno, ¿y tú por qué brindas, Dean?

— Pues brindaré por lo mismo que tú, Heathcliff —anuncié—. Es obvio que no me refiero a lo de biología porque la señora Palmer me ama.

— Porque eres un nerd —se burló Nathan. Le enseñé el dedo medio—. Pero bueno, en general, espero que nos vaya bien este año.

***

Y para empezar bien el año, nos desvelamos hasta las seis de la mañana platicando y tragando como los puercos que somos. Solo nos dio tiempo de recoger la basura que habíamos dejado en el lobby y de bañarnos.

Acabé de vestirme y me dejé caer sobre el sofá, donde me quedé dormido al instante. Cuando desperté eran las diez y tenía un pene pintado en la cara, así que me lo quité y salí pitando hacia el salón de química. Al llegar abrí la puerta y me recargué sobre ella, tratando de no desmayarme por haber corrido tanto; definitivamente había perdido la condición durante vacaciones.

— ¿Puedo... pasar?

Lawrence me fulminó con la mirada. Ese viejo sí me odiaba, y prácticamente a todo lo que se moviera.

— ¿Por qué llegó a estas horas? —me miró bajo sus espesas cejas.

— Porque se me hizo tarde —respondí con sarcasmo.

— Eso ya lo sé —rodó los ojos y me mordí el labio para no reírme; detrás de él podía ver a Nathan imitándolo.

— ¿Entonces para qué pregunta?

No acostumbraba a contestarles a los profesores, pero Lawrence en especial me sacaba de quicio con tan solo verlo.

— Lárguese de mi clase. Y usted también Evans —mi amigo iba a replicar pero el viejo se adelantó—: Lo he visto por el reflejo de la puerta. No quiero verlos en una semana.

— No tengo problema con eso.

— ¿Profesor Lawrence? —esa había sido la voz del tercer mosquetero.

— ¿Ahora qué, Heathcliff?

— ¿Puedo salirme también? —se escucharon algunas risas ahogadas.

My Mysterious Girl [Pausada]Where stories live. Discover now