La llegada a Chinon y la conversación con El Delfín

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Mientras el eco de las pisadas de Juana era lo único que se oía sobre el vestíbulo de mármol del castillo, los obesos duques no hacían otra cosa que mirar. Hasta el propio Delfín parecía asustado cuando Juana se inclinó a besar sus pies:

— Mi querido Delfín — le preguntó — ¿por qué Inglaterra reclama lo que nos pertece? ¿Por qué no eres coronado Rey de Francia como es tu derecho?

Los cortesanos empezaron a murmurar. El ayuda de cámara, susurró unas mentiras al oído del Delfín. Pero éste, apartó a su ayudante, y se levantó para encontrarse con la mirada de Juana. Es más pequeña que el más bajo de entre nosotros. Pero todos tenemos que levantar la mirada para hablar con ella. No sé qué conversación silenciosa se produjo entre El Delfín y la que sería su salvadora, pero estaba claro que Su Majestad, estaba tan apresado por ella como nosotros.

Juana de Arco - La Doncella de OrleansWo Geschichten leben. Entdecke jetzt