Capitulo II: Pequeña latina.

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-Te encontré.

La pelinegra no podría describir el nivel de felicidad que estaba sintiendo. Lucy llegaba por detrás agachándose a su lado, emocionándose al igual que su esposa al mirar a la pequeña. Camila por su parte se pego lo mas posible a la pared de su cueva intentando esconderse.

-No me lleven... otra vez no.- murmuro en inglés y español abrazando sus piernas contra su pecho.

-No te haremos daño, cariño. – respondió Lauren su potente instinto maternal haciéndose notar -Somos la pareja de ayer, ¿nos recuerdas?

La pequeña latina solo asintió con la cabeza.

-Mi nombre es Lucy, - se presentó la oji-marrón -y ella es mi esposa Lauren. -apunto esta vez a la oji-verde que sonrió suavemente -Ayer nos dejaste muy preocupadas, era muy noche, a esa hora las chicas como tu deben estar dormidas en casa.

La latina dejo de mirarlas para mirar el cartón donde estaba sentada. -Es..esta es mi casa. – respondió tartamudeando -N..no quiero... no quiero que me lleven de nuevo.

- ¿A dónde no quieres que te llevemos? - indago la pelinegra

La pequeña se vio confundida por su pregunta y ladeo su cabeza como lo haría un perrito confundido, la pareja se tuvo que contener en querérsela comer a besos. – amm.. ¿us..ustedes no vienen del orfanato?

-No, solo estábamos preocupadas. - contesto Lucy mostrando una sincera sonrisa.

La pequeña morena seguía dudando de sus intenciones, se notaba en la posición de defensa que tenía en la esquina de la pared. La pareja supo que aun no confiaba en ellas.

-Mira ¿podemos hacer un trato? - propuso la oji-verde alejándose un poco de la casa de cartón para darle seguridad a la chica que la miro curiosa. -Si sales de ahí y vienes con nosotras, te prometo que hare que los del orfanato dejen de seguirte.

La latina seguía mirándolas insegura.

-Podrás tomar una ducha en nuestra casa y tal vez tengamos un poco de chocolate caliente para ti. – añadió la castaña con media sonrisa al ver que la pequeña se acerco un poco al mencionar el chocolate.

-Y podríamos darte un gran suéter para que duermas sin sentir frío. - sugirió la pelinegra alegrándose al ver que la chica salía poco a poco de su escondite.

Ambas se pararon alejándose un poco de la salida de los cartones para darle espacio, tuvieron que contener su aliento al ver que la pequeña con su estatura apenas y llegaba a sus pechos -Tenemos que limpiar la herida en tu mejilla también, cariño. – indico la pelinegra entrando en modo maternal.

La latina asintió tímidamente. -Tom esta en la calle frente al puesto. – aviso Lucy caminando despacio junto a su esposa esperando a que la chica les siguiese.

En efecto su chófer las esperaba en la salida del callejón preparándoles la puerta abierta, el hombre sonrió amablemente a la diminuta figura que seguía a su jefa. -Buenas tardes, señoritas... y hola también para ti. - saludo por último a la latina que se cubrió detrás de la oji-verde quien sonrió ante ese gesto.

-No hay nada que temer, Camila, - afirmo la oji-marrón -él es nuestro chófer Tom, es un buen hombre.

Después de eso las tres subieron a la parte trasera de la camioneta, la menor tenía sus manos en su regazo jugando con sus dedos nerviosa, quedo sentada entre la pareja de casadas y por alguna razón, la observaban mucho.

- ¿Me puedes decir tu edad, cariño? -pregunto suave Lauren, esperando que la latina no se sintiera incomoda en el silencio.

-Q..quince.- respondió por lo bajo la menor, el arrullo del carro y el sillón tan cómodo donde estaba sentada la estaban poniendo adormilada.

Nuestra bebé (ABDL)Where stories live. Discover now