Departamento (LevixOc) Shingeki no Kyojin

Piso Uno

Avisos: Shingeki no Kyojin no me pertenece, esta obra es de Hajime Isayama. Yo sólo tomo los personajes para crear esta historia sin fines de lucro.

Esta historia esta siendo corregida, este capitulo ya fue modificado así que no recomendó seguir leyendo si el próximo capitulo no cuenta con este anuncio.   

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Aquella mañana en especial se sentía un ambiente muy tranquilo.
Era un sábado por la mañana de un cálido otoño. Los días eran mayormente grises, pero Levi observaba desde su ventana como los cálidos rayos del sol bañaban las nubes mientras que él bebía de su té negro.
Era muy placentero estar así. Sólo y tranquilo. Ese día lo tenía libre por lo cual descansaría toda la mañana. Pero al escuchar el insistente llamado de la entrada se resignó a que sus planes tal vez no serían respetados.

Coloco la taza en la mesa y se dirigió a la puerta. Tan solo abrió y enseguida la volvió a cerrar.

–Levi, me dejaste afuera. –gritó Hange desde el otro lado. Levi volvió a abrir la puerta, pero antes de echarla de su casa Hange había empujado la puerta para entrar sin ningún tipo de cuidado ni permiso.

–¿Qué haces aquí? –preguntó algo enojado el pelinegro.

–Es tu día de descanso así que vine a visitarte. –contestó la castaña mientras se adentraba a la sala.

–¿Cómo lo sabes? Yo no te comenté nada. –preguntó confundido mientras cerraba la puerta y volvía por su taza de té, a decir verdad, ya se había acostumbrado a la loca personalidad de la mujer, aunque eso no significaba que siempre le parecía agradable.

–Yo lo sé todo –le respondió con una risita cómplice. Pero al ver la seriedad en el rostro de Levi tuvo que decir la verdad–. Bien, Erwin me dijo que hoy empieza tu descanso. –respondió Hange mientras dejaba de forma descuidada la bufanda que usaba sobre uno de los sillones. Levi frunció el ceño ante esto. Simplemente doblo la bufanda de forma correcta. No tenía ganas de regañar a Hange.

–Lo matare la próxima vez que nos veamos. –murmuró tomando su taza y dando al fin un sorbo a su té. Su relación con Hange era así, se habían conocido por otros amigos, pero ella fue quien siguió buscándolo, se arrepentía de seguir contestándole las llamadas.

–Tengo un regalo para ti. –le dijo la castaña cambiando totalmente de tema mientras que de su bolso sacaba una caja color cafe con un listón morado de seda adornándolo. Levi miró la caja con una ceja alzada y tomándolo con cuidado lo examinó.

–¿Qué es esto? –indagó mientras quitaba el suave lazo.

–Es una colección especial de té, son hierbas importadas. No sé de té, pero sé que el de Inglaterra es el mejor. –respondió la mujer con una sonrisa bastante sospechosa. Levi sacó las pequeñas bolsas de té que contenía esa caja, en total eran quince bolsas y a simple vista se veía que no mentía, seguramente habían sido muy caras.

–El mejor té del mundo es del norte de China y Taiwán –menciono el pelinegro–. Ahora dime, ¿qué rompiste? –cuestionó serio mientras volvía a guardar las bolsas de té.

–¿A qué te refieres? –Hange se había puesto nerviosa, al parecer Levi la había pillado.

–No te hagas la estúpida –dijo suspirando–. La última vez que me regalaste algo así fue porque habías roto una de mis tazas de colección especial. Aunque esa vez no era algo tan extravagante como esto, y al ver que todas mis tazas están en su lugar supongo que ahora fue algo más importante así que será mejor que me lo digas ahora. –habló él mirándola directamente a los ojos de forma amenazante.