Epílogo

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Levi sonreía satisfecho. Aquella tarde de otoño su esposa, su hermana y su cuñado lo acompañaban en una amena conversación. Mikasa contaba emocionada los detalles de su viaje a Roma mientras Eren la observaba en silencio, había en la mirada del castaño un brillo de admiración que aún conservaba luego de siete años de feliz matrimonio.

Por su parte Violet le expresaba a Mikasa su alegría al verla con un cambio de imagen tan radical al cortarse el cabello. Se veía hermosa.

En cambio Levi dirigía su completa atención a su esposa. El aire frío de la tarde había obligado a Violet a colocarse un suéter de lana blanca que le quedaba a la perfección, al menos así lo creía él.
Sin embargo la atención de Levi fue robada por la risa de unos niños. Del patio trasero venían ingresando Armin y tres pequeños niños.

Los infantes corrían por delante del rubio mientras este los perseguía entre risas.

El más pequeño de ellos era un niño de ojos azules y cabello negro quien sonreía tranquilamente.
Delante de él estaba su hermana, una adorable niña con los mismos rasgos pero que parecía más efusiva.
Y por último otra niña los cuidaba, o al menos esa era su intención, desde atrás. Ella tenía unos ojos verdes oscuros y cabello castaño.

—La temperatura comenzó a descender, lo mejor era traerlos. —Explico el rubio quien tenía su nariz roja. Los niños ahora estaban a su alrededor mientras lo observaban entre risas traviesas.
—Gracias Armin. En realidad pensaba en llamarles pero me alegro de que lo hicieras antes. — Violet le sonreía mientras se ponía de pie. —Traeré el chocolate caliente. —luego de su anuncio los infantes celebraron y corrieron con sus respectivos padres.
Los dos más pequeños corrieron para abrazar a su padre y la más grande de los tres fue a los brazos de Eren. Emma, la hija del matrimonio Jeager, era muy cuidadosa y procuraba no agitar a su madre ya que no quería que su hermano, quién aun seguía en el vientre de Mikasa, se molestara con ella.

Por su parte, Sophia y Oliver, los pequeños hijos del matrimonio Ackerman se sentaban en las piernas de su padre para poder abrazarlo.

—Iré a ayudar a Violet. —anunció Armin mientras se dirigía a la cocina. Mientras tanto Emma se encargaba de relatar a los adultos el como se había caído y de como fue que Oliver le abrazó preocupado de que estuviera lastimada.

Violet comenzó a servir el chocolate para los niños en los vasos que eran para ellos y Armin lo hacía en las tazas de porcelana que serían para ellos.

—Gracias por entretener a los niños un rato. Me gusta que se diviertan y salgan a jugar. —confesó Violet con una sonrisa.
—No hay problema, me sirve de entrenamiento. —bromeó el rubio.
—Seras un excelente padre. —aseguró con confianza la pelinegra.
—Eso espero.— respondió el rubio. Violet estaba por decir algo pero vio incertidumbre en la mirada azul celeste y decidió darle su tiempo. —Violet, ¿qué sentiste al tener a tu primer hijo?  —Armin le miraba con una mezcla de vergüenza y de miedo. Ella sonrió enternecida.
—Te diré la verdad. Cuando me enteré me sentí feliz pero el resto del embarazo me moría de miedo. —confesó con una pequeña risa.
—¿De verdad?— la sorpresa bañaba el rostro del menor.
—Claro. No lo voy a negar, me sentí muy feliz al tener el resultado, pero entre más se acercaba la fecha del parto más aterrada me sentía. —Cuando ella terminó de servir el chocolate fue a buscar algunos bombones para decorar. Con una delicadeza envidiable fue colocándolos uno por uno.— Quiero decir, el dolor, las posibles complicaciones y lo que pasaría después de dar a luz, todo eso me asustaba. Me pasaba todo el tiempo pensando en todos los escenarios posibles y eso me ponía nerviosa, pero cuando rompí fuente todo eso no importó.
Lo único en lo que podía pensar fue en que nada importaría mientras pudiera tenerla entre mis brazos.—
El rubio la escuchó sintiéndose identificado con el sentimiento. Annie había sufrido algunas complicaciones durante la novena semana de gestación pero ahora que faltaba tan poco para la fecha indicada todo marchaba bien. Sin embargo no podía evitar sentirse preocupado. Annie parecía llevar todo con calma y de una forma tranquila, en cambio él era una bomba de nervioso y preocupaciones.
—Todo saldrá bien Armin, no te preocupes por cosas que no han de suceder. En lugar de imaginar los peores escenarios mejor piensa en toda la felicidad que vas a sentir al ver a tu bebé entre tus brazos.— Ante aquel pensamiento el rubio sonrió con verdadera alegría.
—Tienes razón. Gracias Violet.— luego de agradecerle siguió llenando las tazas faltantes pero en un descuido derramó un poco en su mano.

—¿Qué pasó? — cuestionó Eren quien llegó corriendo al escuchar el grito de Armin.
—Nada importante. Solo me he quemado un poco. —explicó el rubio con algo de pena.
—¿Estas bien tío Armin? — la pequeña de ojos verdes le miraba realmente preocupada.
—Él estará bien cariño, no te preocupes.— respondio Mikasa al entrar a la cocina.— Amor, ayuda a Violet a llevar las cosas, yo curare a Armin. — la mirada tan protectora y la voz tan dulce de Mikasa logro tranquilizar a la pequeña Emma.
Y tal como lo indicó, Eren llevó las cosas al comedor junto con Violet.

Poco después todos estuvieron reunidos y siguieron conversando.

El pequeño Oliver se aburrió enseguida y Armin se ofreció a jugar con él. En verdad se estaba preparando para ser un buen padre. El pequeño aceptó gustoso y las otras dos niñas se unieron al juego cuando vieron que Armin soplaba algunas burbujas.

Los adultos no tardaron en entrenarse con la vista y la energía de los pequeños. Ellos jugaban felices y no había mejor sonido para alegrar un corazón que el de aquella casa llena de risas infantiles.

Levi se sintió tan completo al ver a su familia reunida en su casa. En un impulso tomó su teléfono y, sin que nadie se diera cuenta, tomó un par de fotografías.
En una salian exclusivamente sus hijos, en otra estaban los tres infantes, logró tomar una de su hermana mientras acariciaba su vientre mientras era abrazada por Eren y por último, y la más hermosa, tomó una foto de su esposa. Violet sonreía feliz ante la vista de sus hijos jugando, su suéter blanco resaltaba lo blanco de su piel y sus cabellos negros caían con delicadeza por sus hombros.

En verdad se sintió afortunado. Guardo su teléfono y sin más tomo la mano de Violet para luego darle un pequeño beso en los labios, normalmente evitaba hacerlo frente a los niños por que ellos lo encontraban asqueroso, pero al ver que estaban tan distraídos aprovecho la oportunidad.
Violet se sorpendio pero cuando se separaron ella le sonrió con dulzura, amaba cuando la sorprendía así. Sin más ambos se abrazaron y observaron juntos a sus dos hijos.

Era una vida muy dulce.

Departamento (LevixOc) Shingeki no KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora