your best line ever

uno

You're never gonna love me, so what's the use?

What's the point in playing a game you're gonna lose?

What's the point in saying you love me like a friend?

What's the point in saying it's never gonna end?

Lies - Marina and The Diamonds.

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─Cásate conmigo.

Harry frunce el ceño y levanta la vista de sus manos al hombre que estaba en el otro lado del mostrador, dándole una sonrisa descarada.

Era más bajo que Harry, y en las tenues luces del club, su piel brillaba con un oscuro color canela, azules, rojos y verdes que parpadean sobre sus brazos y rostro. Su cabello era de un tono rubio, tal vez castaño, Harry no podía decir bien. Los ojos azules estaban fijos en Harry, aturdidos y entrecerrados, una mirada de adoración bajo la capa vidriosa.

Otro ebrio, pensó Harry y contuvo un suspiro. Y no es exactamente su tipo, tampoco.

─Eficaz. ─comentó Harry y bajó la mirada de nuevo para volver al trabajo─. Pero tal vez un poco demasiado simple.

El hombre se rió y movió el vaso sobre el mostrador. ─ ¿Cómo te llamas?

Harry lo ignoró, fingiendo no escuchar la pregunta sobre la música a todo volumen y se giró para poner las copas que acababa de limpiar en un estante.

No era la primera vez que alguien se le había acercado durante uno de sus turnos. Él sabía manejar una situación como esta. Aun así, Harry realmente no entendía por qué alguien se le acercaría en primer lugar.

Él no era uno de los camareros con sus uniformes blancos y negros, luciendo todo elegante y petulante. No es que quisiera eso – esos uniformes parecían bastante incómodos y Harry estaba bastante contento con su camiseta floja naranja, jeans negros y un delantal negro atado alrededor de sus caderas. Abriéndose paso entre la multitud, recogiendo vasos y botellas de cerveza vacías, lavando vasos, manteniendo el mostrador limpio; era una rutina simple y un trabajo donde él la pasaba solo la mayoría del tiempo.

La mayor parte del tiempo.

Era un poco extraño, pensó Harry ahora cuando se volvió y vio al desconocido todavía en pie en el mismo lugar. Desde que había empezado a trabajar en este club nocturno, él sólo había sido coqueteado por hombres. En plena luz del día, él nunca había sido coqueteado por un tipo antes, sólo chicas alguna vez. Pero aquí, las chicas ni siquiera le prestaban atención.

─ ¿Podría tener una recarga? ─Preguntó el hombre y empujó su vaso en dirección a Harry.

─Lo siento, amigo. No puedo hacer eso. Pregúntale a un camarero.

─Pero me gustaría una recarga de ti.

─No siempre se puede conseguir lo que queremos, ¿verdad? ─Harry sonrió cortésmente y cogió una caja desapareciendo entre la multitud y recogiendo los vasos de las mesas. Se sintió un poco molesto cuando vio al hombre todavía en pie en el mostrador, mientras volvía; su vaso había sido rellenado y él estaba ligeramente balanceándose.

Harry dejó la caja y la vació, puso los vasos en el fregadero, antes de empezar a lavar uno por uno.

─Si pudieras ser un Pokemon, ¿cuál te gustaría ser?

Harry tuvo que reprimir una sonrisa. Levantó la mirada hacia el hombre, que sólo lo había observado en silencio durante los últimos minutos. ─ ¿Qué?