Capítulo 13

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— ¿Estas bien? —Pregunto por enésima vez Otabek esa tarde.

Otabek se había estacionado una cuadra antes de llegar a la casa de los padres del rubio, es que él menor quería caminar un momento y tranquilizarse antes de llegar. Pero tener a Otabek preguntando una y otra vez si estaba bien, la verdad es que lo estaba hartando un poco.

Suspiro derrotado al darse cuenta de que no podía enojarse con él, así que solo dio un suave asentimiento de cabeza para que supiera que estaba bien.

Y así volvieron a quedarse en silencio mientras a paso lento se acercaban cada vez más al lugar.

Yuri ya no esperaba nada, que su madre lo estuviera evitando ya le decía mucho, tampoco creía que tuviera algún argumento válido para todo esto, tampoco estaba dispuesto a aceptarlo si es que lo tuviera. Solamente quería cortar esta relación y tener algunas respuestas si pudiera.

Detuvo sus pasos al ver que Otabek se había quedado unos centímetros atrás, levanto la vista dándose cuenta de que ya habían llegado y él estaba pasando de largo.

Inhalo con fuerza todo el aire que sus pulmones le permitieron y exhalo sacando así un poco los nervios que comenzaban a aparecer en su interior.

Miro a Otabek decidido, entrelazaron sus manos y caminaron hasta la entrada. No sabían si lo correcto era entrar con la llave o tocar el timbre, así que optaron por tocar, ya no era esa su casa así que no se sentía con el derecho de utilizar la llave, en realidad pensó que ya era momento de devolverla.

Se escuchó unas voces y luego unos pasos que se acercaban a la puerta. Esta fue abierta lentamente por Yulian que parecía que estaba a punto de salir por la mochila que cargaba en sus hombros.

El rubio menor sonrío abalanzándose sobre su hermano dándole un fuerte abrazo. A pesar de todo lo que había pasado, su hermano nunca dejo de darle muestras de afecto como estas, aunque a él le incomodaran un poco.

—No sabía que vendrías tan pronto—Cometo totalmente emocionado.

—Solo vine a hablar un momento con nuestros padres y me iré

Yulian se separó de su hermano viendo con curiosidad al hombre que lo acompañaba, rápidamente su mirada se centró en la unión de sus manos a lo que Otabek afirmo el agarre. La mirada confundida del más joven paso de su hermano a Otabek con rapidez sin entender que sucedía.

Cuando Yuri quiso presentarlo la voz de su madre proveniente del interior de la casa interrumpió esa acción. Yulian aun confundido entro dentro de la casa para luego volver a salir, pero esta vez con su padre. Este solo lo ignoro y paso al lado de él golpeando con un poco de fuerza su hombro.

Lo fulminó con la mirada mientras este parecía no importarle y entraba dentro del auto. Yulian solo pudo seguirlo ya que su madre solía enojarse si la desobedecía.

Yuri ahora más molesto que antes se adentró en la casa aun sujetando la mano de Otabek. No pensaba soltarla por nada. Ese era su pilar para no desmoronarse en ese momento.

Fue ahí cuando la vio, esa mujer de pelo largo y castaño claro se encontraba sentada en el sofá de la sala. Cuando sintió la puerta cerrarse levanto la mirada, esa de color verde agua, y miro con odio a la pareja parada frente a ella.

Veo que algunas cosas nunca cambian.

Pensó con tristeza el menor, siempre había sido así con él y eso fue algo que nunca logro entender. Y ahí estaban de nuevo esas preguntas que creyó haber olvido.

¿Qué fue lo que hice mal? ¿Qué castigo estoy pagando? ¿Qué estaba mal con él que nadie podía amarlo? Esas preguntas inundaban su mente cada vez que él y esa mujer se encontraban cara a cara.

En tus pequeños hombrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora