16 de febrero de 1999
Querida Abby,
Ha pasado una semana desde que te mandé mi última carta y todavía no he recibido ninguna respuesta, pero eso no importa. ¿Cómo has estado? Mi vida ha estado igual de normal que siempre, levantarse, ir a trabajar, ir a la cama. Vivo en un departamento de mierda, pero supongo que eso es lo que consigues cuando trabajas de cajero en un supermercado. Pensé en ti demasiado últimamente, y a veces pienso si sigues recordándome.
Te vi de nuevo hoy en el trabajo, esta vez fue a una hora más razonable, por suerte. No quería molestarte para ver si te acercabas por tu cuenta. Viniste a mi línea de nuevo, lo que me hizo quedar totalmente encantado. Esta vez estaba menos nervioso, iba a actuar normalmente no importa qué dijeras o hicieras. No iba a dejar que una chica cómo tú se vaya fuera de mi alcance. Mientras caminabas hacia mi murmuraste algo tan silenciosamente que no pude entender y esperaste al final de la barra para que empaquetara los productos. Esto obviamente no era lo que esperaba, pero no era tan malo. No parecías sentir nada en absoluto, en realidad. Estaba esperando a que vengas a hablarme o a evitarme como si tuviese la peste, pero solo caminaste como si yo fuera otro extraño. Esto me hace pensar que no leíste mi última carta, deberías chequear tu buzón más a menudo.
Sin embargo, hubo un momento en el que sentí algo. Miré brevemente para ver qué hacías, al mismo tiempo que tú me viste para ver cuánto ya había empaquetado. En ese momento, los ojos fijos. Sólo por un o dos segundos, pero en esos dos segundos vi mucho más en ti de lo que había visto la última vez. Sentí que te conocía desde hace años, como si conociera todos tus sentimientos y emociones. ¿Sentiste algo así conmigo?
Poco después de que terminara de empaquetar tus cosas, pagaste y caminaste hacia la salida, obviamente este era un proceso muy normal en mi ya que lo hago 50 veces al día, pero había sido determinado desde la noche que te mandé esa carta que la próxima vez que te viera iba a socializar más contigo. Creo que arruiné eso.. No estaba satisfecho con esto, tenía que obtener más. Hay un pequeño cuarto en la esquina posterior a la izquierda del supermercado designado para el personal. Allí, aunque yo sabía que guardaban todo el material de seguridad durante el día, todo el personal está informado sobre ello y todas las cámaras de seguridad están localizadas ahí. Para mi suerte, hay uno situado justo al lado de mi contador.
Esperé a que el supermercado cerrara y a que todo el mundo se vaya, y después entré. Después de mover algunas pantallas de televisión, encontré la que estaba conectada a mi contador. Le di en "reversa" hasta que me acordé de cuando te vi. Después de unos minutos de escanear, lo encontré. Ahí estabas, puse pausa en el mejor ángulo que pude captar. Verte por tanto tiempo me hizo darme cuenta de lo perfecta que eras. Cada rasgo de tu cuerpo, tu pelo, tu cara, tus piernas... Tu pecho, era simplemente perfección. Puse reversa la cinta en la que entrabas en mi línea. No podía evitarlo. Mis ojos estaban pegados a la pantalla.
Después de algunos minutos de consideración, saqué la cinta, la puse en mi bolsillo, y conduje a casa. Sabía que no estaba permitido, podría ser despedido por tomar tales acciones, pero no podía evitarlo. Tenía que tenerte conmigo todo el tiempo, incluso si eso significa perder mi empleo. Abby, te amo. Amo todo sobre ti. Pienso constantemente en ti ahora. ¿Sientes lo mismo por mí, Abby? Sólo quiero que estemos juntos, para siempre.
Escríbeme de nuevo pronto.
Tuyo siempre, Jay.
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Querida Abby
HorrorViste la carta en tú escritorio inmediatamente. Empecé a sonreír mientras la abrías, esperando ver tú reacción. Era muy interesante ver tú cara, podía ver todas tus emociones y pensamientos. Te veías confundida al principio, después shockeada y fina...