carta 5:

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5 de marzo de 1999

Querida Abby,

Te he visto despertar esta mañana, yo no pegué un ojo en toda la noche. Eres demasiado apasionante, me pasé la noche entera mirando. No pude evitarlo... Cada vez que intento apartar la mirada, mis ojos se dirigían hacía ti de vuelta en unos segundos. Te ves incluso más impresionante cuando duermes ¿sabes?. Estarías sorprendida de saber cuánto puedes aprender acerca de la personalidad de las personas viéndolas dormir. Tuve la tentación de salir de la ventila para tener una mejor vista varias veces en la noche, pero me resistí. No podía dejar que me descubrieras, no por ahora.

Parecía que pasabas un montón de tiempo en el baño por la mañana, asumí que ibas a darte una ducha o a maquillarte. ¿Por qué harías eso Abby? Cualquier cosa que pueda cambiar tu forma natural sólo ocultaría tu verdadera belleza. ¿Por qué quieres hacer eso, no quieres que todos vean lo que yo veo?

Te marchaste poco después a trabajar, o por lo menos eso supuse. Después de una cuidadosa consideración, decidí salir de la ventila. Deslicé mi mano por una de las rendijas y saqué los tornillos. La superficie de la rendija era muy lisa, así que fue fácil encontrarlos. Agarré uno y los retorcí tanto como pude, y finalmente era capaz de sacarlo. Hice esto con los otros y al fin eliminé la reja.

La primera cosa que hice fue ir al baño. Rápidamente eliminé todo lo que pudiese ser maquillaje, esas cosas me repugnan. De esta forma, todos los que te vieran verían a la verdadera tú. También encontré algo más ahí, tu cepillo para el pelo. Lo agarré y lo atraje a mi cara para examinarlo. Era de un azul apagado, de mucho espesor. Pero eso no me interesaba, los pelos... Eso era lo que me interesaba. Me tomé unos minutos en sacarlos todos los que podía ver y los alineé en tu contador. Los conté, obtuve 59. Esto me agradó mucho, rápidamente los tomé y los guardé en mi bolsillo.

Pasé el resto del día revisando tus cosas para saber más sobre ti, tus intereses y tal. ¿Supongo que eres una gran fan de las películas Abby? Encontré tu colección detrás de tu closet, tengo que decir que fue muy impresionante. He encontrado algo allí que me hizo volver loco, una foto tuya con otro hombre. Me disgustó tan sólo mirarlo, abrazándote cómo si le pertenecieras. YO soy el único que puede tenerte Abby. Nadie más.

Como a las 8:30, consideré que sería mejor volver a la ventila, siempre sueles llegar a esa hora... Luego tuve otra idea. Miré hacia tu cama, las mantas estaban colgando para abajo, lo suficiente como para tocar el suelo. Así que no podían ver bajo la cama, a menos que las levantasen. Primero puse la rejilla en su lugar de nuevo, me deslicé por debajo con una sonrisa en mi cara, y esperé a que llegaras a casa. Cuando finalmente volviste me puse completamente pálido, porque me di cuenta que venías con alguien más. Estaban hablándote de que sintieron ruidos en tu apartamento mientras no estabas. Me grité a mi mismo mentalmente que debía ser más cuidadoso desde ahora. Ir bajo la cama había sido una buena idea sin embargo, ya que, obviamente, tu primer pensamiento fue ir a fijarte en la ventila. Agradeciste a las personas y se fueron. Finalmente tú y yo estábamos solos.

Me senté ahí en silencio hasta que te fuiste a la cama, me pareció una eternidad hasta que lo hiciste. Quise tener una mirada más cercana hacia ti ésta noche, y era mi oportunidad. Te metiste en la cama y apagaste las luces. Sin embargo yo fui muy cauteloso, tuve que esperar horas para que te durmieras, y cuando estaba seguro de que lo habías hecho, lentamente me deslicé fuera de la cama. Y te vi ahí, te veías increíblemente asombrosa. Cada curva de tu cuerpo era perfecta, cada pequeño detalle era hermoso. Estaba asombrado de tan sólo mirarte. Alargué mi mano y empecé a acariciarte la cara, era tan suave como la seda. Sentí que empezaba a endurecerme, tu belleza era abrumadora. Poco a poco me agaché y empecé a darme placer, traté de controlarme a mi mismo para no despertarte pero no pude evitarlo. Sentí éxtasis puro, todo sobre ti era perfecto.

De repente, me di cuenta de que te diste vuelta y comenzaste a despertar. Horrorizado, me deslicé rápidamente bajo la cama tratando de ser lo más silencioso posible. A los pocos segundos te vi salir de la cama y mirar alrededor. Podía sentir tu miedo incluso sin mirarte, deberías estar tranquila conmigo a tu lado Abby. Te protegeré Abby, nadie que no sea yo te tocará, mataría a alguien por ti Abby.

Me aseguré de prestar atención hoy, no viste mi carta de ayer ni ninguna para nada, simplemente es porque no debes chequear tu buzón. Voy a cambiar eso sin embargo, voy a dejar ésta en tu escritorio.

Oh, me olvidé, estoy preparándote una sorpresa. Fíjate en tu closet después de leer esto.

Tuyo por siempre, Jay.

Querida AbbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora