carta 6:

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6 de marzo de 1999

Querida Abby,

Hoy pasé más tiempo preparando tu sorpresa mientras estabas en el trabajo, realmente vas a amarlo. He puesto todo mi esfuerzo ¿sabes?. Pasé un par de horas dándole los toques finales, y creo que ya está listo para que lo veas.

Llegaste a casa a las 8:30 de nuevo, y viste la carta en tu escritorio inmediatamente. Empecé a sonreír mientras la abrías, esperando a ver tu reacción. Era muy interesante ver tu cara, podía ver todas tus emociones y pensamientos. Te veías confundida al principio, después shockeada y finalmente horrorizada. Empezaste a temblar violentamente y noté que empezaste a llorar, ¿no te gusto Abby? ¿Por qué llorabas? ¿No me amas? ¿NO ME AMAS ABBY?

Todo lo que pasó después fue un borrón, viste al armario mientras sin dejar de sollozar. Parecías contemplar la opción de abrirlo, o no. En su lugar, pasaste corriendo entre el closet y la puerta. Cuando volviste tenías todas mis cartas y tus manos empezaron a ir a través de ellas. En algún momento parecía que ibas a romperte y a hacerte un ovillo en el suelo, las lágrimas seguían rodando por tu cara. Noté que estabas desesperada por decir algo, pero estabas paralizada por el miedo. Después de unos 10 minutos, te vi mirar bajo la cama, en la ventila, en cualquier lugar en el que pudiese estar. Verás, Abby, soy más inteligente que eso. Sabía que ibas a buscarme en esos lugares, encontré un mejor lugar después de terminar tu sorpresa. Nunca me encontrarás aquí, nadie lo hará. ¿No es genial? Puedo observarte para siempre y no hay nada que tú u otros puedan hacer.

Sin embargo, todavía no viste tu sorpresa Abby, y podía notar que todavía seguías pensando en eso. Te vi mirar sobre el closet, sabía que querías abrirlo pero al mismo tiempo estabas nerviosa. ¿Qué podría haber ahí? ¿Qué ibas a encontrar? Esto no podía durar para siempre, tú y yo sabíamos eso. Vi que caminabas lentamente hacia el closet buscando a tientas el mango para abrirlo. De repente, lo agarraste firmemente y abriste.

Era un libro de recuerdos, de mí y de ti. Te vi pasar las páginas, parecías shockeada. ¿No te gustó, Abby? Nos saqué fotos juntos cuando no estabas mirando, fotos de ti durmiendo, fotos de ti en la computadora. Esparcí los pelos que coleccioné en él. Obtuve esa foto de ti y el otro chico y la puse muy atrás, excepto que no la dejé como estaba. Recorté la cara de ese estúpido. Lo odio demasiado. Si supiese quien es lo secuestraría y lo haría sufrir. ¿No lo entiendes Abby? Nadie, NADIE puede tenerte excepto yo. Tú y yo estamos hechos el uno para el otro, nadie más.

Te vi llorar por 30 minutos, y luego te paraste y corriste fuera de tu apartamento. Volviste con muchos policías. Esto me sorprendió. ¿No te gustó la sorpresa, Abby? ¿Por qué traerías a esas personas a nuestro cuarto? Ellos nunca me encontrarán, pero si lo hacen podría arruinar todo. Todo mi trabajo en las últimas semanas sería para nada. No querrías eso, ¿verdad Abby?.

Estoy exhausto por el trabajo de hoy, y aunque te ame un montón, necesito dormir Abby.

Buenas noches, te amo.

Con amor, Jay.

Querida AbbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora