5 ; Vendetta

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Chenle estuvo esperando toda la tarde-noche para recibir un simple mensaje de su ahora crush-mejor-amigo, perdiendo tiempo por ello porque Jisung no se dignó en ni siquiera dejarlo en visto. Seguía viendo intensamente ese pequeño "1" al lado de cada mensaje que dejó en su KakaoTalk, creyendo que si lo miraba como si su vida dependiera de ello iba a desaparecer.

Cuando dieron las nueve de la noche, por el pasillo apareció un Chenle sacando humo por las orejas en busca del teléfono inalámbrico de casa. Lo tomó de un zarpazo y tecleó con fiereza el número de la casa de Jisung. Intentó relajar sus músculos porque sabía que iba a responder su padre o madre, lo conocía demasiado bien como para saber que no se esforzaba en coger las llamadas, aún estando solo en casa. Se hacía el inexistente y después daba una excusa a sus padres que precisamente cuando estaba en el baño, había sonado el teléfono.

—¿Sí? —respondió una voz femenina y mayor al otro lado de la línea.

—¡Hola! Soy Chenle... —el chico usó un tono amable y alegre, jugueteando con el borde de su camisa nerviosamente.

—¡Buenas noches Chenle! ¿Buscas a Jisung, cierto?

Se escuchó una risa avergonzada del primer mencionado, asintiendo sin que la mujer pudiera verle.

—Síp... —respondió aniñadamente, dirigiéndose a la cocina y así poder hablar más cómodamente con Jisung cuando se pusiera al teléfono.

—Ah, lo siento, cielo. Desde que llegó a casa ha estado durmiendo.

Chenle frunció el entrecejo, y miró sus dedos que marcaban un ritmo aleatorio chocando sus uñas con la superfície de la mesa. Se sentía algo decepcionado y triste.

—¿No se sentía bien? —se aventuró a preguntar sintiendo que parecía muy obvio con su interés, a pesar que desde siempre había sido muy atento y nunca había dejado de preocuparse por la salud del rubio.

—No me lo quiso decir, se veía cansado. Quería preguntarte si tú lo sabías pero veo que no.

—No, lo siento...

—No te preocupes, ¿mañana te encargarás de descubrir qué tiene en su cabeza? Sé que siempre te lo termina contando todo.

—Lo intentaré, ahjumma... Hasta pronto.

—Hasta pronto, cielo.

Chenle colgó y apoyó su rostro contra la mesa. El cálido aire que expiraba por la nariz creaba vaho al ser la superfície de cerámica, y se quedó en esa posición hasta que su frente y nariz quedaron frías por el contacto.

Conocía demasiado bien al chico como para saber otro dato suyo: cuando se enfadaba o estaba triste dormía mucho.

Chenle ni siquiera pensó en la probabilidad de que algo le hubiera afectado. Simplemente se daba la culpa a sí mismo, lo veía más lógico.

Porque básicamente, el que reaccionó mal ante aquella situación, había sido el chino.



ฅ(≚ᄌ≚)


Chenle miraba repetidas veces la hora en su móvil entre pequeños gruñidos y cabeceos de un lado a otro en busca del rostro de su mejor amigo. Ya eran las ocho en punto y seguía sin aparecer.

—Este niño... —farfulló el castaño desbloqueando su smartphone.

Chenle le enviaba tres mensajes por segundo, la gran parte de ellos letras aleatorias y sin formar ninguna palabra en concreto. Pero desde ayer a las diez de la noche, sus mensajes dejaron de llegarle a Jisung. Aún así, seguía intentándolo.

Play me like a love song ❜ ┊ chensung _ jileOnde histórias criam vida. Descubra agora