The Three Caballeros And You ||Amor a la Mexicana||

Capitulo 1: Conociéndonos.

-A tí te toca hacer la comida.- Fue lo único que escuché antes de venir pá acá.

Caminaba por ese lugar llamado "supermercado", yo, estaba con mi carrito, buscando materiales para hacer la cena en casa.

Traía mi sombrero de charro, aquel que me caracteriza mucho, tambien mi pantalón café rojizo, mi playera de manga media roja, junto con mi saco rojo de charro, mis botas, mis guantes y mi cinturón con mi par de pistolas, que no estaban a la vista ya que me llamaban la atención.

Caminaba por la sección de vegetales, buscaba aguacates, pero por desgracia no los encontraba, entonces una hermosa voz captó mi atención, un poco más adelante de mí estaba una chica, su estatura era de 1.66, su cabello era corto, amarrado en una coleta pequeña y un poco despeinado, un mechón que tapaba una pequeña parte de su cara, era morena, sus ojos eran café oscuro (a lo que yo vi de lejos), igual que su cabello castaño. Traía puesta una blusa negra y encima una chamarra verde, que la hacía ver tierna, ya que la chamarra era para hombre, tambien traía puestos unos jeans de mezclilla y llevaba un carrito parecido al mio, con varios alimentos.

Me acerque discretamente y mire su perfil, ella se encontraba cantando, tenía una voz fascinante, cantaba la Serenata Huasteca y echaba cosas al carro, cuando ella fue a ver otras verduras fui a asomarme que era lo que había tomado, era tomate, entonces recordé que tambien debía llevar, asi que tomé unos cuantos.

Al parecer ella no había notado mi presencia, ya que se detuvo a revisar los aguacates, yo al instante me pare a un lado de ella a ver como estaban los aguacates, pero por desgracia no sabían cuales estaban maduros, entonces, con mucha pena le hablé.

-Disculpe, Señorita.- me miro de reojo, así que no pude verla bien.- No se diferenciar bien lo maduro de lo demás, ¿podría ayudarme?.- ella se veía de unos 16 o 17 años, en cambio yo me veía de 17 a 19 y con 1.90 de estatura. Empezó a tocar los aguacates y a cortarles a varios la colita, tomó tres y los puso en mis manos.

-Están maduros cuando están firmes, ni muy suaves, ni muy duros.- me entregó esos- además el color de la colita te muestra si están buenos o no.- dijo y se fue caminando con su carrito, yo le agradecí y la seguí sigilosamente, hasta que llegó a la sección de bebidas, donde se encontraba un chico muy conocido para mi y su novia. Mire como aquella chica se quedo paralizada al verlos jugueteando, se puso su gorra y siguió caminando con la vista gacha, yo decidí ir a ver las salsas, quería comprar una para la comida.

Buscaba una salsa que me convenciera, la mayoría decía valentina y Búfalo, y a decir verdad, a mí no me gustaban mucho esas marcas, entonces sentí que alguien se quedaba parado a un lado mío, yo no lo mire, estaba muy enfocado con las salsas, entonces vi una que no había probado.

"Tabasco".- pensé al verla hasta arriba de el mueble, estaba en una cajita y era algo pequeña, solo estiré mi brazo para tomarla, pero en cuanto la tomé, me di cuenta que había puesto mi mano sobre la mano de alguien, era una mano fina, dedos delgados, seguro de una mujer, ella la tomó y voltee a verla para negociar, pero cuando voltee vi a la chica de antes, debajo de esa capucha, a ella se le cayó la capucha y pude ver su rostro y unos grandes y hermosos ojos avellana tornasol, se encontraban llorosos, su rostro se veía triste, eso por alguna razón me partió el corazón, incluso peor que cuando vi que a Donald se le cayó su helado. Mi corazón se estrujo y después se acelero un poco, yo al verla así me agache un poco, ella bajo la mirada, tratando de ocultar sus lagrimas, entonces tomé su mentón para mirarlo, ella me miró curiosa y luego cerró sus ojos para abrirle paso a un par de lagrimas, me quite los guantes y le limpie sus hermosos ojos llorosos, ella me vio sorprendida.

-Una dama tan linda como usted se ve mejor sin llorar.- le dije regalándole una sonrisa, ella sonrio un poco, entonces mi día se alegró, algo muy extraño me pasaba.