Tengo miedo...

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-POCHÉ-

DESCONOCIDO: Bueno pues yo soy... ¿Enserio me olvidaste?

YO: Déjate de rodeos y dime ¿quién eres?

DESCONOCIDO: Soy yo amor, Mario😏 ¿Me extrañaste?

Sentí que el tiempo se me detuvo, mis manos sudaron y sin embargo estaban frías.

MARIO: Hey niña, contéstame ¿No estás feliz?

No estaba para nada feliz, la última vez que lo vi terminó muy mal, había decidido borrarlo completamente de mi vida y por suerte el no se volvió a aparecer, no al menos hasta ahora.

MARIO: Hey, responde, no querrás que me enoje ¿O si?

Todo esto era como una pesadilla, ¿Por qué mierda tenía que volver justo ahora? Justo en estos momentos.

MARIO: ¿Quieres que valla a tu casa y hablemos?

No sabía que decirle, no me cabe duda que él es capaz de todo y eso me tenía aterrorizada.

YO: ¿Qué quieres?

Le respondí mientras mis manos temblaban.

MARIO: A ti mi amor, ¿Acaso ya olvidaste los buenos momentos?

Sacudí un poco la cabeza para desaparecer ese miedo de mi mente y seguí escribiendo.

YO: Hazme el favor de volver a desaparecer de mi vida ¿Si?

Termine de escribir y se lo envié. Salí de la casa casi como si estuviera huyendo de ella, espere un taxi y le dije que me llevara a la cafetería mas cercana. En el transcurso del camino no deje de pensar en lo que pasaría si lo volviera a ver, si se llegase a enterar que ahora ando de novia con aquella chica que lo corrió de su fiesta por idiota, tenia miedo por mi, tenia miedo por ella.

Al llegar a la cafetería me adentre y pedí un café y unos waffles con nutella, fresas, plátano y moras azules. Mientras comía una de mis piernas no dejaba de temblar por los nervios y el miedo de tan solo pensar que Mario había vuelto. En uno de esos sorbos de café que daba,una voz masculina me dirigió la palabra.

- ¿Poché? - dijo mientras yo dejaba la taza en su lugar y volteaba a verlo.

- Agh - dije en silencio y haciendo un gesto desagradable al ver que era Felipe - ¿También es tu cafetería? - dije con sarcasmo.

- Buenas tardes, pues no es mía, es de mi padre - respondió entre risitas.

- Aya... - volví a tomar mi café.

- ¿Y por qué tan sola? - pregunto mientras se sentaba al frente mio.

¿Por qué tan idiota? dije en mi interior.

- Aveces es bueno estar sola - fue lo que le respondí sin ganas.

-¿Daniela? - entrelazo sus dedos y apoyo su mentón sobre ellos.

- En su casa supongo. - di otro sorbo.

- Ah... - se quedo viéndome con mucha atención.

Nos quedamos en silencio, yo ya había terminado de comer mis waffles y solo me quedaban algunos sorbos de café.

- Te ves muy bonita ¿Sabias? - Dijo provocando que me ahogara con el café.

Love Is Love / CacheWhere stories live. Discover now