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—¡Capitan! —gritó Peter con una emoción y alivio tan enormes que se desbordaban de su pecho.

Peter con astucia y agilidad aprovechó el que Obadiah había aflojado la fuerza con la cual lo tenía inmovilizado debido a la impresión de este por ver a Tony ahí mismo, por lo cual el pequeño castaño no esperó mucho para zafarse con excesiva rapidez del cuerpo contrario y correr hacia donde se encontraba Tony, refugiándose tras de él como un niño pequeño. Ya no necesitaba enfrentar a aquel demonio solo, ya había llegado su capitán al rescate como el héroe que él lo consideraba.

Al sentirse ya completamente seguro fue que Peter se percató que a lado del capitán Anthony venía entrando también Natasha, al haber llegado prácticamente con él, manteniéndose a lado de Peter y posando una de sus delicadas manos en su hombro, en signo de protección.

Tony en todo aquel tiempo se había mantenido completamente inmóvil, solo con una sola expresión y mirada excesivamente fuertes dirigidas hacia el hombre que hasta hace nada consideraba como un padre, en espera de una respuesta contraria que pudiera justificar inútilmente todo lo que había estado pasando ahí.

Obadiah por su parte se mantenía en condiciones similares. Al haberse notado descubierto no había podido formular siquiera una buena escapatoria a su comportamiento. Se mantenía del todo firme, mirando a aquel chico que había decidido ayudar convertirse en todo un hombre. Tony ya no era aquel niño el cual antes podía engañar fácilmente y salirse con la suya, Obadiah no sabía cuándo había pasado que no se había dado cuenta pero frente a él ya no se encontraba esa persona ilusa e ingenua que creía todo lo que le dijera, frente a él ya estaba un hombre bien formado, inteligente, con sus convicciones por sobre delante de cualquier cosa. La mirada que Anthony le estaba dedicando le decía todo al respecto.

—¿¡Que no me escuchaste Obadiah?! Pregunté qué era lo que estaba sucediendo aquí —volvió a exigir el capitán de los vengadores aún más furioso que antes, enmarcando su enojo haciendo fruncir aún más su entrecejo.

—No es lo que tú crees Tony —dijo Obadiah en un estúpido y banal intento de librarse de aquella situación

—¿Qué no es lo que yo creo? ¿Cómo eres capaz de ser tan descarado? —reclamó el de barba de candado mientras apretaba sus puños en un impulso por sacar su ira—, lo escuché todo Obadiah, o al menos lo suficiente para saber que eres un maldito y asqueroso violador.

Obadiah no sabía siquiera como defenderse de aquello, lo habían agarrado con las manos en la masa y no había cosa alguna que pudiera decir que fuera capaz de borrar lo que los ojos de Tony vieron, por lo que no se molestó en siquiera dar una explicación, sencillamente se quedó mirando con desgana al capitán. A pesar de saber que era lo que venía a continuación, la situación lo único que le podía causar era un entero hastió, ya venía fastidiado de todo y de todos desde hace algún tiempo.

—Sabes las reglas en mi tripulación y sabes las consecuencias para las personas que se atreven quebrantarlas —habló nuevamente Tony al no obtener respuesta alguna del calvo—. Obadiah... ¿Por qué? Sabes que tenías mi entera confianza y que eres como un padre para mí... —dijo ahora suavizando un poco más su voz y pronunciando aquellas últimas palabras con un tono decepcionante.

—Vamos Tony, no seas ridículo con estúpidos sentimentalismos, si me vas a ejecutar hazlo de una vez —sentenció el de barba blanca sin mostrar ni una sola emoción en sus ojos que no fuera tedio.

Tony al escucharlo se recompuso de aquel pequeño desliz de tristeza y volvió nuevamente a su semblante frio, directo y con porte autoritario.

—Obadiah Stane, desde este momento te despojo y te quito el reconocimiento como un integrante de la tripulación, no eres más un integrante de los vengadores y por lo tanto no volverás a poner un pie sobre nuestros barcos. Tampoco participaras en nuestras calculadas misiones y atracos ni poseerás ninguna de las fortunas que lleguemos a adquirir —sentenció con voz fuerte y grave dejando en claro la situación—. No quiero volverte a ver por nuestros alrededores y por supuesto, el día que partiremos de la capital, no vendrás con nosotros. Eres libre de ir a donde gustes.

Forbidden heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora