Capítulo 1.

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Un día más.

Capítulo 1.

¡Hola! Me llamo Lily Del Valle, tengo 23 años, vivo en la Cd. de México y soy reportera deportiva. ¿Se acuerdan de mí? Hace casi un año escribí un artículo titulado "Una noche más", en donde relaté la experiencia que viví en Alemania al lado del portero japonés Genzo Wakabayashi. Pues bien, no pensaba escribir una continuación, pero he recibido muchas cartas de personas que desean saber qué fue lo que ocurrió después, y tras meses de pensarlo he decidido que bien vale la pena contarles la segunda parte de esta historia.

Para aquellos que no lo recuerden (o para aquellos que no han leído mi primer artículo), trabajo en la revista deportiva Deportes Hoy, una de las más prestigiosas a nivel mundial. El año pasado mi jefe me encomendó la tarea de entrevistar al recién nombrado mejor portero de Europa, el japonés Genzo Wakabayashi y pues me fui con todo y chivas a Hamburgo para cumplir con esta misión, pero la atracción que se desató entre Wakabayashi y yo nos llevó a tener algo más que una exclusiva... En fin, para no hacerles el cuento tan largo, acabé por acostarme con él, aunque eso no hubiera sido tan nefasto sino fuera porque mi corazón terminó por enamorarse... La cosa es que ni él ni yo estábamos dispuestos a dejar nuestras vidas hechas por otra persona, así que con todo el dolor de mi corazón me marché de Alemania sin despedirme siquiera... Era lo mejor... Sin embargo, 6 meses después de este suceso, Genzo Wakabayashi se apareció así sin más en las oficinas en donde trabajo... Y es aquí en donde comienza esta historia...

Ese día, al llegar a mi trabajo me topé con la sorpresa de que había alguien esperándome en mi oficina, pues deseaba comentarme algo sobre el artículo que escribí acerca de Wakabayashi. Esto a mí me cayó como patada de mula al hígado, pues ya estaba harta de que los fanáticos vinieran a reprocharme la manera en la que escribo. Subí echa una furia a mi oficina y comencé a gritarle a quienquiera que hubiese ido a reclamar, sin fijarme siquiera de quien se trataba. Sin embargo, cuando esa persona habló, sentí como mi cuerpo se derretía al instante como mantequilla en sartén.

- Aun me debes un desayuno.- dijo Wakabayashi, fuerte, claro y decidido, como si nada más hubiese venido desde Alemania a decirme eso.

Yo me quedé momentáneamente sin habla; realmente no me esperaba esto...

- ¿Qué haces aquí?.- fue la única pregunta idiota que se me vino a la mente en esos instantes.- ¿No deberías estar en Alemania?.- otra pregunta idiota.

- Vine a conocer las instalaciones en donde trabajas, espero que eso no te moleste.- respondió, así sin más.

¡Ah, claro! Ven y conoce mi área de trabajo, por aquí está mi oficina, por acá la sala de juntas, allá está la fotocopiadora... Yo estaba cada vez más perpleja, y mi pobre y atolondrado cerebro no podía formular ninguna frase inteligente. Afortunadamente, mi jefe llegó a socorrerme.

- Del Valle.- me dice.- Me gustaría que te tomaras libre el día de hoy para que puedas acompañar al señor Wakabayashi y mostrarle la ciudad.

- Claro, será un placer.-musito. ¿De cuándo a acá mi jefe es tan acomedido? De seguro a de querer que lo vuelva a entrevistar...

- No deseo causar problemas.- dice Genzo, de pronto.- Yo solo vine de visita rápida, no quiero interrumpir el trabajo de nadie.

- No es ninguna molestia, señor Wakabayashi.- responde mi jefe.- Además, bien podemos prescindir de los servicios de la señorita Del Valle por un día.

"¡Ahhhh! ¡Me lo hubiera dicho antes!", pienso.

- De acuerdo.- digo yo.- Así podré pagarte el desayuno que te debo...

Antes de que salgamos de mi oficina, mi jefe me detiene por el brazo y me susurra al oído: "Entrevístalo de nuevo". Ya lo sabía yo...

Así que trato de controlar el temblor de mi cuerpo y de mi voz para poder actuar con naturalidad ante Wakabayashi. Pero esto termina por ser del todo imposible, pues aun cuando ya habían pasado 6 meses, yo aun no puedo olvidar la noche que pasamos juntos y cada vez que él me observa siento como si me desnudara con su mirada. Trato de averiguar si él está igual de nervioso que yo, pero como siempre, su expresión es inescrutable.

- Ya, en serio.- comento mientras esperamos a que nos asignen una mesa en un conocido restaurante cercano al edificio en donde trabajo.- ¿Qué estás haciendo en México?

- Para ser reportera, no eres muy perceptiva.- me responde.- ¿En verdad aun no sabes qué es lo que estoy haciendo aquí?

Me dirige otra de sus profundas miradas y vuelvo a estremecerme. Si las cosas continúan así terminaré por lanzármele encima...

- Pues la verdad es que no.- le digo, tratando de aparentar una calma que no siento.- Supongo que vienes a reclamarme algo que no te gustó de mi artículo...

- ¿Y crees que para eso me tomaría la molestia de atravesar medio planeta?.- me cuestiona.- En todo caso, te habría mandando un e-mail.

- Bueno, eso sí...

Agarro el menú y me escondo tras él. Odio comportarme así, yo no soy tan tímida. ¿Qué es lo que me pasa que en presencia de este hombre me comporto como una niñita temerosa? Bien que lo sé, lo que pasa es que sigo enamorada...

- ¿Por qué te fuiste de Alemania sin despedirte?.- me pregunta, de repente.

Yo agarro con más fuerza el menú, pero él me lo quita de las manos y me obliga a mirarlo a los ojos.

- Pues... Es que era lo mejor... .- le contesto, en voz baja.- Las cosas se nos estaban complicando demasiado...

- ¿Y tu manera de solucionarlo fue huir de mí?.- me pregunta.

Detecto cierta molestia en su voz, pero no es esto lo que me hizo respingar, sino lo que dijo: huir de mí...

- No huía de ti.- replico.- No quería hacerte pasar por otra situación muy parecida a la que tuviste con Liesl.

Para todos aquellos que no lo recuerden, Wakabayashi estuvo a punto de casarse con una chica llamada Liesl; él rompió el compromiso porque ella aceptó un trabajo en Moscú y Genzo no estuvo dispuesto a dejar su carrera por ella. Y yo de plano no quería que pasara lo mismo conmigo...

- ¿Y no crees que esa decisión me correspondía tomarla a mí?.- me pregunta, más enojado todavía.

- Ajá. ¿Y dejar que rompieras mi corazón cuando decidieras que lo mejor era terminar una relación que aun no empezaba? No, muchas gracias.- ahora yo también estoy molesta.

Nos traen el café y ambos aprovechamos para darnos un respiro. Supongo que ninguno de los dos tenía planeado esto... O al menos yo no...

- No vine hasta acá para discutir esto.- me dice, un poco más calmado.

- ¿Entonces a qué viniste?.- inquiero yo, aun molesta.

- Sinceramente... No estoy muy seguro... .- responde él.

Esto sí que es para sorprenderse. ¿El tan siempre seguro Genzo Wakabayashi atravesó medio océano sin un propósito definido? El mundo se está volviendo loco...

- Lo único que sé... Es que no podía pasar más tiempo sin saber de ti... .- Genzo me mira a los ojos y yo vuelvo a caer en el vacío...

¿Por qué las cosas no podían ser más fáciles?

Un Día Más [Captain Tsubasa]Where stories live. Discover now