Epilogo

252 12 3
                                    

~Tiempo después~

Ya había pasado un tiempo desde que Elliot había llegado a la ciudad de Celestine, justo a la escuela que lo "reformaría" de su homosexualidad, junto con otros jóvenes que estaban ahí para "curarse" de algunas adicciones o delitos menores.

La vida no fue fácil cuando llego a ese lugar, nadie lo conocía, no sabían de su estatus y su poder; y obviamente era muy conocido el tema de "el chico nuevo homosexual", o como ellos lo llamaban: carne fresca, un nuevo juguete al cual romper. Así que desde que el pequeño Elliot Kurose piso ese lugar empezó a vivir en el mismo infierno, claro, desde los ojos de un chico de 13 años.

—Vamos princesita, ¿no quieres jugar conmigo? —preguntó un chico a sus espaldas, empujándolo con fuerza. Elliot gruño al caer de rodillas al piso, viendo los libros que se les cayeron — oww la nena se enojo, ¿qué harás?, ¿llorar?, ¿acusarme?

—No lo necesito eso —dijo con molestia, se levantó con furia y lo miro — yo mismo me puedo ocupar de ti.

Elliot se aventó con furia sobre el chico, ambos empezaron a dar de golpes a diestra y siniestra, gruñendo y gritándose. Pronto más estudiantes empezaron a rodearlos y a hacer bulla, apoyando -obviamente- al chico contrario al príncipe.

—¡Basta!, ¡Greenwoods, Skovgaard! —un profesor llegó y los separo, los demás estudiantes salieron corriendo, huyendo del lugar — no preguntaré quien inicio esto, no me interesa, cada uno son una lata a su modo.

—Pero ese marica...

—Pero nada, estoy cansado de ti Greenwoods, siempre metiéndote en problemas —le grito el profesor con molestia, viéndolo con furia. El chico lo vio y desvió la mirada con temor, sonrojándose levemente — estas a punto de salir, si sigues así aumentaré dos meses por cada pelea en la que te metas, la hayas iniciado o no.

—S-si... lo siento —murmuro apenas audible, desvió la mirada para que no lo viera llorar.

Elliot había estado analizando a aquel chico interactuando con el profesor, y no le fue difícil adivinar que ellos dos tenían algo, y no era una bonita y sana amistad.

—Y usted, Skoovgard —hablo el profesor, Elliot respingo sorprendido y lo miró con un poco de miedo, pero casi al instante cambio su mirada a una retadora — relájese, solo recoja sus libros y después vaya por sus cosas, será mandado a los dormitorios "F".

—¡¿L-los dormitorios "F"?! —exclamo el joven sorprendido y horrorizado, el profesor lo miro — perdone... eh... chico, suerte...

—Nada de suerte, usted le ayudará a llevar esos libros y lo guiara a los dormitorios.

Sentencio con molestia, ambos asistieron y salieron corriendo despavoridos. El profesor sonrió antes de irse, divirtiéndose al ver a los chicos así de asustados. Después de llegar a su dormitorio recogieron las cosas de Elliot en silencio, el pequeño lucía normal -dentro de lo que cabía en ese lugar- mientras el chico iba nervioso y arrepentido.

Después de un rato ambos iban hacía aquellos temidos dormitorios, Elliot iba con tranquilidad, observando todo a su alrededor. El otro chico iba con temor, temblando con cada paso que se acercaban.

—Eh... o-oye lo siento, yo... yo no quería mandarte a esos dormitorios. No, no creí que pasará eso —empezó a hablar el chico apenado después de tanto silencio. Elliot lo miró con duda y curiosidad, el chico suspiro y desvió la mirada con más pena — parece que el profesor te odia, el dormitorio "F" es donde mandan a los más peligrosos de aquí, mandar a alguien como tú a ese lugar es básicamente homicidio.

Elliot rio un poco, creía que estaba exagerando con esas cosas, que solo lo estaba asustando y que no era para tanto. El otro joven lo miró y suspiro con molestia, le desesperaba que no le creyera.

Pequeño Príncipe (En Edición)Onde histórias criam vida. Descubra agora