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- buenos días, encanto - sentiste que Bucky dejó un beso en tu mejilla
- buenos días - murmuraste aún sin abrir los ojos
- eres hermosa - susurró para el mismo pero aún así lo escuchaste y sin evitarlo una sonrisa se formó en tus labios
- te amo, Bucky - finalmente abriste tus ojos para ver la cara del soldado
Bucky parecía un hombre nuevo, antes sus ojos solo demostraban tristeza y tenía una mirada dura, solía estar siempre callado. Ahora, Bucky había cambiado siempre solía alegrar tus días con sus chistes y comentarios, sus hermosos ojos azules tenían un brillo que te encantaba y siempre tenía una sonrisa en su rostro
Era un hombre diferente y lo amabas
- eres lo mejor que me ha pasado, ¿lo sabes, verdad? - besó tú frente
- siempre lo dices, cariño - sonreíste y miraste como se levantaba de la cama
- voy a cocinar el desayuno - se estiró, sin evitarlo lo miraste
Sus perfectas abdominales siempre te mantenían embobada
- ¿disfrutando la vista? - se burló de ti y rodaste los ojos
- no es nada que no haya visto antes, Barnes
Te sonrió y salió de la habitación
Tú vida solía ser aburrida, pero desde que Bucky apareció supiste que nada volvería a ser igual. Lentamente te levantaste de la cama y decidiste darte una ducha, de todos modos Bucky tardaría haciendo el desayuno
Saliste de la ducha y después de lavarte los dientes, buscaste tú ropa. Tomaste un short de pijama, lo amabas porque era corto y ligero, te colocaste tu sujetador pero no encontraste ninguna camisa que te gustara
Es decir, querías una ligera. Sin pensarlo más tomaste la camiseta roja de Bucky y te la colocaste, obviamente te quedaba grande pero era muy cómoda
Te cepillaste el cabello y saliste de la habitación para ir a la cocina
- ¿cuál es el menú del día? - preguntaste llegando, Bucky estaba de espaldas
- decidí.. - comenzó a decir mientras se volteaba pero al verte dejó de hablar
- ¿que? - preguntaste algo desconcertada
- y cuando creí que no podías lucir más hermosa.. - habló y te sonrojaste - ¿porque nunca antes habías usado una de mis camisetas?
- no lo se - te encogiste de hombros mientras caminabas para estar a su lado
- debes usarlas más seguido, lucen mejor en ti - habló mirándote, sus ojos brillaron de orgullo y besaste su mejilla
- bien, señor romántico - te burlaste haciendo que rodara los ojos
- eres increíblemente hermosa - se defendió y sonreíste - solo estoy feliz de que eres mía - besaste sus labios cortamente antes de tomar el plato con tú comida para llevarlo a la mesa
Se sentaron a desayunar y durante todo el día, Bucky no dejó de insistir en que debías usar sus camisetas siempre
S E B A S T I A N S T A N
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- ¿dónde demonios está mi ropa? - te preguntaste mientras buscabas una camisa para ponerte
Se supone que habías lavado toda la ropa y ahora no encontrabas tus camisas
Suspiraste y tomaste una camisa negra de tu novio, porque no podías andar en sujetador por toda la casa
- ¡Sebastian! - gritaste bajando las escaleras de la casa que compartían - ¿sabes dónde están mis..?
- madre mía..- escuchaste su voz a tus espaldas
Volteaste para mirarlo, Sebastian estaba mirándote mientras se mordía el labio inferior
- debí haber escondido tus camisas hace tiempo - murmuró sin dejar de verte
- ¿que? ¿dónde estás mis camisas? - preguntaste cruzando tus brazos
- tenía esta teoría - te miró a los ojos y lo miraste confundida - quería saber cómo te verías con una de mis camisas
Rodaste los ojos pero sonreíste, sus ojos azules brillaban con adoración y eso hizo que tú corazón se derritiera de ternura
- ¿como me veo? - diste una vuelta
- preciosa - dijo de inmediato y se acercó para colocar sus brazos en tu cintura
- necesito mis camisas - hablaste colocando tus manos al rededor de su cuello
- nunca te las daré, amo que uses las mías - dejó un beso en tu mejilla
- eres un idiota - bromeaste - un lindo idiota
- y tú eres perfecta - se acercó aún más ti - simplemente perfecta
Sin decir más te besó, pero al separarse te alejaste de él para ir a buscar tus camisas ignorando las quejas del rumano
