Capítulo 13

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Estábamos acostadas en el sofá. Carolina me había hecho tomar los calmantes y ahora estaba con la cabeza apoyada en mi pecho, su brazo rodeando mi cintura y las piernas estiradas en el sofá. Yo volví a la posición que tenía antes de que ella llegara solo que esta vez con los dos pies sobre la mesa y mi brazo sobre sus hombros, abrazándola. Estábamos viendo uno de esos programas en los que cambian a la gente. Yo no lo entendía, si quieres un cambio de estilo háztelo tú ¿no? Lo que tú quieras no lo que te mande un programa, pero Carolina parecía súper entretenida viendo como le cortaban la melena a una señora de unos sesenta años y le teñían el pelo de azul. Vaya cambio.

- Me hacen eso a mí y denuncio al programa. - Levantó la cabeza de mi pecho para mirarme.

- Van al programa sabiendo que les pueden hacer esas cosas.

- ¿Y si luego no le gusta qué hace? Yo los mato.

- Pues que no hubieran ido.

- Pues también es verdad. - Y seguimos viendo el programa.

Pues sí, que me importaba a mí lo que le hacían a la pobre señora en el pelo. Seguí mirando para la tele, preguntándome qué se le pasaría a la señora por la cabeza para ir a un programa así. Que ya tiene una edad, hombre. No podía imaginar a mi madre con sesenta años diciéndome que iba a un programa de la tele a que le hicieran sabe Dios qué en el pelo y la vistieran como si tuviera veinte años menos.

- Lucía... - Carolina me sacó de mis pensamientos y giré la cara para mirarla. - ¿Podemos mantener esto en secreto? Quiero decir, por unos días. Quiero procesar todo esto antes de contárselo a alguien. Quiero disfrutar sólo de nosotras dos antes de que todo el mundo opine. - La miré un poco confundida.

- Las chicas ya saben que nos acostamos. De hecho, tú se lo contaste a Julia.

- Lo sé, pero una cosa es que nos acostemos un día y otra pensar en una relación. Necesito procesar que esto está pasando de verdad. Es salir de mi burbuja, de mi zona de confort y quiero hacerlo poco a poco.

No sé si la entendía o no, pero asentí con una pequeña sonrisa. Si ella quería tiempo yo le daría todo el tiempo del mundo, y mientras sea juntas podemos ir al ritmo que ella quiera. Ella se acercó a mí y me dio un beso que prolongué al meter la lengua en su boca. Podía acostumbrarme a esto. Es más, no llevábamos ni dos horas juntas y ya me había acostumbrado. Me giré hacia ella con cuidado de no lastimarme el pie y sin dejar de besarla, la agarré del culo con una mano mientras la otra la tenía vagando por su espalda. Carolina jugaba con los pelos de mi nuca y eso me estaba poniendo bastante. La acerqué más a mí y soltó un pequeño gemido. Iba a sacarle la camiseta cuando sonó su móvil. Gruñí. Se aparto un poco y lo sacó del bolsillo trasero de su pantalón. Antes de que lo cogiera pude ver quien era. Sergio. Me miró y asentí para que lo cogiera. Igual era importante, la estaba llamando a la una de la mañana.

Se levantó y fue a la cocina para hablar con él. Pude escuchar cómo le decía que no se preocupara que estaba bien. No entendía mucho más de lo que estaban hablando, pero tampoco quería seguir escuchando. Cogí mis muletas y fui a la pequeña terracita que había en el salón. Apoyé las muletas en la barandilla y miré al cielo. Me sorprendió la de estrellas que se podían ver a pesar de las luces de la ciudad y que el cielo estaba bastante encapotado. Me encantaba ver las estrellas me relajaba y me hacía evadirme del mundo. Y esa era una de las cosas que compartía con Carolina. Carolina. Que mierda tenía que hablar con ese a la una de la mañana. Me ponía enferma saber que estaba hablando con él. Pero claro, "ese" es su novio, así que no tenía nada que reclamarle. Dios, me estaba enamorando hasta las trancas. ¿O ya lo estaba? Joder. La quería. Sí, definitivamente la quería y lo mejor es que me moría por decírselo. Noté que se ponía a mi lado y cuando me giré para mirarla me hizo una mueca con la cara.

Más que siempre.Onde histórias criam vida. Descubra agora