Capitulo 3 "no pudo haber pasado esto"

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Al poco rato Erza y Jellal ya iban caminando a casa de Lucy. Jellal al final encontró su añorada camisa, iba tan feliz, no solo Por tener a una hermosa mujer a su lado si no que también combinaban como si fueran una pareja. <<una pareja...>> pensó  acompañado con una pequeña y algo boba sonrisa de lado ¿Y como no hacerlo? si era lo que más deseaba.

El sonido de la música no se hiso esperar cuando llegaban a su destino. 

Apenas abrieron la puerta el desastre y la diversión se hicieron presentes. Cana yacía ya borracha, pero aun bebiendo un barril más y junto a ella Bacchus, que cono solo ver su aspecto, estaba igual que ella. <<De seguro habían competido de nuevo>> pensó Erza. Ya que cada vez que se les da la oportunidad de reunirse a ambos gremios Cana siempre desafiaba a Bacchus a ver quien bebe más y por muy poco ella casi siempre caía derrotada, aunque no del todo, también ella le había ganado un par de veces en el pasado y, a juzgar por la determinación de ambos, esta vez competían por un desempate de pasadas victorias.

Aunque no eran los únicos borrachos. Gray y Natsu, por ejemplo; ambos estaban abrazados, cantando algo realmente indescifrable. Cosa de la que el par de recién llegados no pudieron evitar reír.

–¡Jellal, que bueno que vinieron!–los recibió Lucy, también a ella se le notaba que ya llevaba unas cuantas copas encima –¡Erza! ven, acá estamos las chicas– agarro a la susodicha y se la llevo casi a rastras dejando atrás a Jellal que las veía de forma divertida

–Jellal– habló alguien que él no tardó en reconocer la voz –veo que decidiste venir.

Simón lo observaba con desprecio y enojo, pero él no se dejaría intimidar. Le sostuvo la mirada retándolo, lo que causo que Simón se molestase más y Jellal lo notó dejando le gran satisfacción. Una sonrisa ladeada se asomo en las comisuras de su boca. Simón se tenso y aparto la mirada, tanto él como Jellal sabían que si no paraban ese simple encuentro, podría terminar en una pelea sin sentido, y claro, no querían arruinarles la diversión a los demás por algo tan absurdo. Ya ninguno insistió y cada uno se fue para otro lado.



– ¿Qué les parece si hacemos algo?– dijo Wendy, la única completamente sobria en el grupo de mujeres.

–¡Sí! No... Juvia no lo sabe...– respondió sollozando, sin duda ya espesaba a ponerse ebria–Juvia solo quiere estar con Gray-sama...

–¡Miren quien llegó!– grito una Lucy muy contenta, ni siquiera ella se salvaba de los efectos del alcohol ya ingerido –Vamos Erza, bebe junto con nosotras.

Y con un brindis de parte de todas las demás chicas del gremio brindaron en su honor por su gran trabajo. Pero eso no se acabó ahí. 

No falto mucho para que algunas ya cayeran rendidas ante el sueño, otras aun estaban despiertas festejando, pero una en especial comenzó a regañar a todo al que se le ponía en frente. La voz de la que provenían los gritos y regaños no tardó en que los demás la reconocieran. Incluso a algunos se les habían bajado las copas. Una Erza muy enojada salio de entre la cocina -que era donde se habían reunido las chicas- casi parecía rodeada de un aura de fuego a su alrededor y con los ojos tan penetrantes que con una sola mirada a ellos parecía que te atravesaba hasta el alma. Pero no todo fue tan malo para todos, los que no la conocían del todo se reían de ver a su "estricta presidenta estudiantil sigue ordenes al pie de la letra" castigando de una forma tan extraña a los demás, cosa que a los pobre les costo uno de sus regaños. Pero aún así todos parecían estarlo disfrutando.


Cando esta se acabo, algunos ya se habían marchado, otros querían seguir festejando así que fuero a buscar otro lugar en el cual seguir con la fiesta y en cambio otros se quedaron profundamente dormidos, incluyendo a la poderosa Titania. Cuando Jellal la vio no pudo evitar sonrojarse, ante sus ojos se veía tan tierna dormida, tan pacifica, como si no fuese capas de hacerle daño ni a un insecto. Aunque a decir verdad, a él todo de ella le parecía tierno, lindo. Cuando veía como estaba un par de minutos antes de enojada no pudo evitar reír y sonrojarse de ella ¡Valla que debía de estar muy enamorado de ella!

Encontrando un viejo amorWhere stories live. Discover now