Capitulo 4 "Una mala broma"

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Pasaron los días y Erza evitaba a Jellal a toda costa. No quería ni siquiera verlo. La mayor parte del tiempo se estaba con Simón y el resto se la pasaba encerrada en su apartamento o con alguna de las chicas.

En cuanto a Jellal, seguía sin entender lo que ocurría, ya que ahora no solo Erza lo evitaba, si no muchas de las otras chicas también, aunque eso ultimo le importaba poco aun no comprendía la razón. Incluso algunos hombres sin vergüenza lo felicitaban por su "valentía ante la Titania". Más de una vez intento preguntar y entender a que se referían pero este solo obtenía risas de respuesta como si se tratase de una broma.

–Oye Jellal –Le dijo Natsu en tono seco –tenemos que hablar contigo.

–Está bien –contestó viendo a Gray y a Natsu alternativamente, y por la forma tan fría en que lo miraban sabía que no era nada bueno –¿Qué ocurre?

–Mejor vallamos a un lugar más privado –opinó Gray al ver que la mayoría de las miradas se apoyaban en ellos tres. Con algo de cautela se condujeron por el pasillo con Jellal tras ellos, llegaron al armario del conserje. Una vez los tres adentro y de asegurarse de que no haya nadie alrededor Gray cerró la puerta tras él. Dándole la señal a Natsu para que este, literalmente, arrematara un golpe contra el pómulo de Jellal

–¡¿Cómo te atreviste a hacerle eso a Erza?!

El impacto hizo girar la cara de Jellal, se quedó atónito y estático. No esperaba lo que acababa de pasar. Seguía sin comprender lo que ocurría pero sabía que fuese lo fuese que haya hecho a Erza de alguna forma, le había sido algo realmente malo. Eso evito que reaccionase ante el golpe.

–Natsu, no sé de qué me estás hablando –Intentó hablar tranquilo, pero apenas acabo la frase dos manos le estrujaron el cuello de la camisa, empujándolo hasta estrellarlo con la pared y haciendo que una escoba cayera. Cuando alzo la vista se encontró cara a cara con los incordiantes ojos de Natsu que aún lo mantenía sujeto. Él estaba estupefacto, nunca lo había visto así de furioso. No intentó liberarse.

–No te hagas el inocente Jellal. Sabemos lo que paso ¡todo el mundo lo sabe!– esta vez dijo Gray atestándole un gran golpe en las costillas, haciendo que a Jellal le faltara el aire y cayera jadeando por obtenerlo –¡Todos están hablando de eso! ¡De lo que le hiciste a Erza maldito bastardo!

–¡¿Cómo pudiste haber hecho eso?! –dijo Natsu, dándole otro puñetazo en el rostro cuando Jellal estaba dispuesto a decir algo más en su defensa. La sangre comenzó a correr por su labio, pero no se molestó en limpiarla. Posó su mano en una pequeña mesa que se encontraba ahí e intentó levantarse. Aún sentía que le faltaba el aire.

–No sé de qué me hablan –repitió.

Otro puñetazo en su abdomen lo corto y volvió al suelo con un alarido. Puso una de sus manos en donde lo habían golpeado en un intento fallido de aminorar el dolor.

–No sé de qué me hablan Natsu. Te lo juro– paro un momento, sus pulmones aún se debatían por atrapar el aire y dejarlo hablar. –Por favor, díganme qué es lo que dicen que hice.

Su pregunta hizo que la cólera de Natsu aumentara ¿Acaso estaba jugando con él? Alzó su puño para darle otro golpe pero la mano de Gray lo detuvo. Natsu lo miro sorprendido y dudoso.

–Creo... que dice la verdad Natsu.

–¿A qué te refieres? ¡Sabes lo que le hizo a Erza!

–¡Lo sé! Pero... parece que realmente no sabe de lo que hablamos. Ni siquiera ha intentado defenderse...

Natsu miró a Jellal aún con duda mientras en su cabeza reproducía cada uno de los golpes que le había dado y aunque no quería, odiaba admitir que Gray tenía razón. Se puso a su altura y lo miró detenidamente, aún estaba jadeante y el único esfuerzo que había hecho para moverse era simplemente para sentarse. Con suma calma Gray comenzó a contarle a Jellal los diversos rumores que habían estado escuchado y de que algunos de ellos decían que él los había iniciado. Mientras tanto Natsu estudiaba cada expresión de Jellal mientras escuchaba la explicación de Gray. En cambio solo parecía sorprendido y molesto con cada rumor que escuchaba.

Encontrando un viejo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora