Capítulo 7 ➸ [Narrado]

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La fiesta.

Luego de pasar tres días en España junto a Kiara y Lionel, Paulo decidió volver. No porque el club lo obligará, en realidad tenía permiso para cuatro días más. Sin embargo un sentimiento extraño se hacía presente estando allí, una sensación de vacío, una necesidad inexplicable de la que desconocía completamente a que podía hacer referencia.

Eran cerca de las 2 de la madrugada cuando el chofer lo dejo en la puerta de su casa. Su único deseo después de un largo viaje era dormir cómodo en su cama, sin embargo, al parecer su hermana había decidido que no sería así. Para cuando abrió la puerta pudo observar como las luces de colores se mezclaban con el humo que una gran máquina tiraba, la música estaba a un volumen considerablemente molesto y el olor a alcohol era insoportable. No es que a Paulo no le gustaran las jodas, todo lo contrario en realidad, pero el hecho de que su casa se  convirtiera en un auténtico boliche no era de su agrado.

— ¡Aylen! — gritó con cierto enojó en su voz. De a poco sus amigos se acercaban a saludar al recién llegado, le parecía increíble que nadie le haya avisado nada. Eileen se encontraba junto a Nadine y sus respectivas parejas mientras bailaban al ritmo de la música y le hacían señas al jugador para que se acercará. Sin embargo su único deseo en ese momento era encontrar a su hermana.

Siguió caminando por entre la gente, Selene estaba cantando a duo junto a Antonela, sus parejas las grababan divertidos.

Pilar por otro lado estaba muy acaramelada a su cita, hacia varias semanas hablaba con Douglas y al parecer sólo necesitaban conocerse para que aquel amor se hiciera realidad.

En el camino se chocó con Sol quien buscaba por todas partes a su mejor amigo, Javier, que según ella "la pared se lo tragó", claramente la joven tenía varios litros de alcohol en sangre.

Ahí estás... susurro apurando su paso a donde Aylen se encontraba, tratando de impedir una futura pelea entre su novio y su ex.

Se apresuró con toda la intención de regañarla. Creía haber sido claro al decir "Nada de fiestas en mi ausencia".  Sin embargo, cuando sólo lo separaban unos metros de su hermana un bastante ebrio Gonzalo se metió en su camino, tomandolo de la mano y prácticamente arrastrandolo hacia el patio.

¿Qué pasa pipa? dijo de mala gana tratando de soltarse del agarre del hombre.

Te extrañe joyita dijo tierno abrazandolo con fuerza entre sus brazos, dejando a Dybala impactado ante tal acción.

S-si me dijiste. Y-yo también tartamudeo nervioso.

— ¿Cuánto me extrañaste?

— Que se yo pipa, no es momento para jodas.

Gonzalo volvió a abrazar a su compañero y amigo mientras lo llevaba, así de cerca de su cuerpo hacia una de las paredes. Allí se detuvo, mientras se acercaba a un más, dejando a Paulo completamente encerrado entre sus brazos y la pared.

— Decime cuanto me extrañaste, joyita.

— N-no sé.

— ¿No sabes? — Y sin pensarlo un minuto más unió sus labios lentamente. El beso era tierno y para nada lujurioso, las manos de Gonzalo se aferraban con fuerza a las caderas del otro que sólo podía dejarse llevar y disfrutar de aquella sensación que se hacía presente cada vez que su amigo tenía ese tipo de actitudes. No de besarlo, ya que este era el primero, pero si de abrazarlo, de volverse cariñoso en exceso en una corta cuestión de segundos.

— Mucho. Te extrañe mucho. — admitió. Total no perdería nada sincerandose de una vez, Gonzalo estaba lo suficientemente ebrio como para recordar luego lo que esa noche estaba sucediendo.

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