Las muertes y suertes de Panacea.

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Los héroes me duran muy poco.

Habían dicho que el hombre carecía de palabra, a veces de hambre y otras veces de comodidad a la honestidad.

Habían dicho que el hombre se enfermaba de poder y se mareaba con el confort.

Pero hasta ahora solo me habían dicho, no sabía cuál era cual, y tampoco de que tamaño era el pecado, había escuchado sobre los grandes gigantes de concreto y los obscuros suelos que suele cosechar.

Había escuchado del amor pero no de su poder embriagante, había escuchado que los hombres ya no tenían palabra y los animales ya no tenían el poder.

Los cerdos pueden estar ganando el mejor lodo pero hasta un cerdo sabe distinguir entre el lodo y la sangre de su igual

Ojala y no sea yo el pez que quede atravesado en esa red.

Ojala que no me cruce entre un vuelo y bala.

Evito que piel sea tu piel.

Había escuchado de la libertad pero no de su paga.

Estaba satisfecha con las muertes y mi suerte pero nunca, se que serán suficientes.

Había escuchado que es donde el hombre se vuelve Cid, donde la tierra se vuelve madre y la madre un hogar.

Había escuchado del desierto donde mi amigo se hizo desconocido, sobre la tierra golpeada para que nos deje viajar en el tiempo.

La imaginación llena los huecos de lo que más quisimos ser, puedo fingir que existen las uvas marinas.

Pero no puedo fingir que mi vida camine sin sostener la palabra, porque hasta ahora yo solo.

Había.

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⏰ Last updated: Jul 18, 2018 ⏰

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