9. Primera cita (Parte 2)

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-¿Pacífica?

-Si, soy yo, duh. Parece que cancelaste tus planes, ¿eh?

-De echo no, es solo una casualidad, jaja.

-¿Casualidad? - Por primera vez se percató del demonio al lado de su crush - Oh...

-Lo siento.

-No hay problema - sonrió falsamente - Es que esperaba que... Emm... ¿Puedo hablar contigo un segundo?

-De acuerdo.

La rubia se dirigió a una esquina alejada de Bill y de la multitud.

-Lo diré rápido, ¿De acuerdo? Tu... Me gustas.

-¿E- Eh? Eso es muy dulce, pero... - no llegó a terminar, puesto que, alguien lo interrumpió.

-Pero el ya está ocupado - Se metió el rubio, mirando con sus ojos ambarinos, entrecerrados, a Pacífica, serio, desafiante.

-¡Oye! ¡Bájame! - Le reclamó el castaño al ver que estaba siendo llevado como "princesa" por el mayor.

-No. Nos vamos de aquí - Sentenció y, dicho esto, salió del lugar con Dipper en brazos, lo dejó en el auto y empezó a conducir - Tranquilo, tengo todo bajo control, nada va a arruinar nuestra primera cita - Tenía razón, pues tenía un plan 2.

A mitad de camino, aproximadamente, cuando nadie estaba a sus alrededores, el rubio chasqueó sus dedos y aparecieron en la casa de éste.

-Sientate y espera, ya vuelvo - fue hacia una de las tantas habitaciones de aquel hogar mientras, el pino, se acomodaba alrededor de la pequeña mesa de madera.

Empezó a admirar todo con detalle, todos los objetos, frascos con diversas cosas dentro, como ojos, o manos, o cosas extrañas que no se sabe lo que son, cosas biscosas, en repisas había fotos, muñecos (Voodoo y no Voodoo), también...
Dejó de observar al escuchar el sonido de algo metálico chocar contra el suelo.

-¿Todo en orden por ahí?

-Si, si, si, no te preocupes, no hay un desastre de salsa en el piso porque fui descuidado y se me cayó, eso de seguro.

El menor rió por aquel descuido y rodó los ojos.

Esperó unos minutos y escuchó otro sonido, solo que esta vez fue un grito, proviniente de Bill.

-¿¡Que sucedió!?- Cuestionó preocupado el castaño.

-¡N-Nada!

Dipper decidió ver por su cuenta, pues ya sabía que el rubio no lo diría.

Cuando llegó a la cocina estaba el emisor del grito con ambas manos bajo el chorro de agua fría de la canilla.

-¿Pero que es lo que te pasó?

-¡Te dije que no es nada!, solo vuelve donde estabas, iré en unos minutos.

Vio bien las manos del mayor y notó unas ampollas, se había quemado - Idiota, ¿Con qué te quemaste?

-Con la olla...

Al oír esto la mano del castaño fue directo a su frente - ¿No sabes que necesitas algo como... Guantes, por ejemplo, para no quemarte?

-¡Oye! Soy un demonio, ¿Que esperabas?

-Buen punto.

-Ajá.

-Espera, creo que tengo bendas en mi mochila, voy a buscarlas, espera ahí.

Dicho esto, se encaminó a la entrada, donde había colocado su mochila, sacó un rollo de bendas, Ford lo obligó, básicamente, a que lo llevara, estaba "algo" preocupado​, tomó el rollo en sus manos y subió de nuevo.

~He vuelto por ti~ BilldipWhere stories live. Discover now