Duda

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La pregunta rondaba en su cabeza mientras regresaba a casa montando su bicicleta rodeado del atardecer que ofrecía Nueva York.

Había salido desde el mediodía para reunirse con sus amigos en Central Park, era ya una costumbre que se vieran un día a la semana para estar juntos. Y hoy era ése día, al primero que vio al llegar fue a Sam, quién estaba recargado en un árbol con los audífonos puestos; pasados unos cuántos minutos, en los cuales platicaron, vieron a lo lejos como Buck y Nat, caminaban hacia ellos.

Toda la tarde se les fue entre pláticas y risas, Mientras iban de regreso, Natasha se había girado a hablar con él, cuando Bucky y Sam comenzaron a platicar sobre el nuevo videojuego que salía al mercado.

Y entre uno y otro tema, tocaron el de "la pareja perfecta". Anteriormente ya le habían presentado a varias personas, Pero Steve los rechazaba a todos, y cuando le preguntaban el porqué, él simplemente se encogía de hombros y ponía su mejor sonrisa de disculpa.

-Así que dime Steve, ¿cómo sería aquella persona de la cual tú te enamorarías?- pero a pesar de pensarlo mucho, las palabras iban y venían de su boca, dejándolo literalmente sin nada qué decir, provocando sólo con esto que su amiga se riera por las graciosas muecas que hacía.

Después de dejar la bici en su lugar y de saludar con la mano a la casera del edificio, subió los escalones hasta llegar a su departamento. Una vez dentro, se dejó caer en el primer sofá que vió. Y tan pronto como su cabeza había tocado el cojín, el cansancio y el sueño le hicieron cerrar los ojos, pero antes de caer en los brazos de Morfeo, sintió claramente una caricia en la frente y un cálido susurro en el oído...Steve.

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Los rayos de sol le golpearon directos en la cara, puesto que el día anterior se había olvidado de cerrar las cortinas. Al levantarse notó que estaba en el sofá contrario al que se había recostado, y también que pasó toda la noche durmiendo en la sala.

Lanzando un bostezo se talló con las manos la cara para quitarse los restos de sueño; caminó hasta el baño para abrir la regadera y darse un baño, pero al pasar frente al espejo, vio algo raro en sí mismo, retrodeció y observó que tenía las mejillas sucias, frunció el ceño y abrió el grifo del lavamanos, fue cuando bajó la mirada que se percató de que habían sido sus manos las causantes de todo.

Sólo se rió, no tomándole ninguna importancia, terminó de limpiárselas, con un cambio de ropa y una toalla en mano volvió al baño. Quince minutos después, salía de su casa listo para comenzar con su rutina.

Por lo regular, corría durante 2 horas, pero cada día de la semana tenía un recorrido distinto. Encontrándose siempre con las misma personas durante su entrenamiento: la pareja que solía trotar en sentido contrario a él, el señor que salía por el periódico o la señora que le daba de comer a los pajarillos; pero esa mañana hubo algo que lo dejó con una duda.

Cuando apenas llevaba unos poco metros recorridos, un chico más bajo que él, había pasado por su costado y dicho algo raro.

-Ya era hora de que salieras a correr fortachón.

El tono que usó claramente denotaba burla, pero se sintió de cierta forma acosado. Y una hora después, lo volvió a ver, éste se encontraba un tanto lejos de donde él estaba, y hubiera sido sencillo rebasarlo, ya que el otro solo trotaba y hasta parecía que eso le costaba trabajo, pero sólo se quedó mirando su espalda enfundada en una chamarra azul y aquella gorra negra que le cubría el cabello.

Por su parte, siguió con su camino, pero ése chico extrañamente le era familiar. Sacudió su cabeza, para olvidar tal pensamiento y se dijo a sí mismo que eso no era posible si nunca antes lo había visto. Pero la duda se quedó en la boca del estómago causándole cierta emoción.

Esa fue la primera vez que se topó con él. Sin llegar a imaginar lo que pasaría después.


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Bueno hasta aquí llega el segundo capítulo. Como ya lo dije en el cap anterior, cualquier cosa pueden dejarla en los comentarios.

Espero que les guste y sino, díganmelo, si tienen alguna sugerencia o duda no duden en hacerla.

Gracias por leer. 

Siempre has sido túWhere stories live. Discover now