"365"

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Esos nervios inexplicables que te entran cuando sabes que algo grande va a ocurrir, cuando una fecha importante va a pasar o cuando tienes a esa persona tan cerca. Esa clase de nervios son los que sentía Amaia en ese momento.

Si alguien le hubiera dicho a la Amaia del pasado, que se iba a poner nerviosa porque se acercaba una fecha especial, se hubiera reído, y si encima le decían que era porque cumplía un año con su novio, le hubiera costado creérselo.

Nunca pensó en celebrar los años de relación con alguien, ni en tener una fecha marcada, ni acordarse de esas cosas con lo despistada que era, pero mucho menos imaginaba que, en algún momento de su vida, iba a sentirse tan llena de felicidad y amor.

Se dio la vuelta para coger el móvil y se volvió a tapar con el edredón. El frío había llegado pronto a la ciudad de Barcelona. Desbloqueó el móvil y pudo ver el montón de notificaciones que le habían llegado de Instagram. Nunca fallaba.

"365 💫💜" y una foto suya.

Se mordió el labio "Como aprovechaba cuando estaba dormida" pensó. Le contestó con un "T'estimo molt ruru 💜" y se acomodó quedando girada hacia donde dormía él mientras le abrazaba en esa cama que habían hecho suya en poco tiempo.

- Buenos días – le dijo mientras le acariciaba la cara.

Le dio suaves y repetidos besos por todo su cuello, su lugar favorito, y se quedó allí, en ese hueco que se formaba entre su cuello y su hombro donde encajaba perfectamente. Apoyó su barbilla y le miró desde abajo.

- ¿Quieres que te prepare el desayuno? – dijo en un tono de voz bajo y con la emoción de una niña pequeña.

Alfred asintió con la cabeza mientras le pasaba sus dedos por su pelo largo y ondulado.

- Vale, pero no te acostumbres eh, solo hoy.

Le encantaba mimarle, y cuando estaban en su casa más por eso sabía que sus palabras no eran del todo ciertas.


Nunca se les había dado bien planear, y por eso improvisar durante el día era lo que más les gustaba. A pesar de ser una fecha importante para ellos, el plan más tranquilo es lo que les hacía sentirse como en casa.

Una de las cosas preferidas de él era pasear por la playa aun siendo invierno, y desde que ella se había mudado allí se había convertido en el paseo favorito de ambos. Caminaban agarrados de la mano por el paseo que quedaba justo a la izquierda de la playa, se escuchaban las olas del mar romper en la orilla y el sol aminoraba el frío. Amaia soltó la mano de Alfred y la pasó por su cintura, apretándose contra él, intentando recriminar un abrazo que, en poco tiempo, le devolvió él.

Le rodeó con sus brazos y ella quedo allí, escondida, apoyada en su pecho.

- Ayssss que quería un abracete"

Una breve risa soltó ella y le dejó un suave beso a la altura de su pecho. Levantó la cabeza y le miró, sabía que tenía los ojos vidriosos, a veces, el estar lejos de su familia, le hacía valorar más las personas con las que se rodeaba y se sentía afortunada de tenerlo.

Fechas marcadas, sorpresas inesperadas o planes improvisados eran en los que sentía que lo necesitaba más que nada, y que su estado de felicidad siempre iba en aumento al estar con él. Habían discutido, se habían enfadado, habían sido tozudos en muchas ocasiones, pero con él había aprendido y querido a alguien como nunca antes lo había hecho con nadie.

Y en esos momentos, al recordar todo lo que habían vivido, era cuando le entraba la nostalgia.

Le tocó la nariz, conocía cada expresión de su chica, los ojos le brillaban y las lágrimas amenazaban con caer en cualquier momento. Le dio un beso suave en los labios y sonrió en medio de este porque notó como su mejilla se mojaba.

- Eres tan blandita.

- Es que estoy nostálgica. No sé. No me creo que ya haya pasado un año, se ha pasado demasiado rápido y han sido muchas cosas.

- Eso es bueno, si se pasa rápido es que lo has disfrutado ¿no?

Sonrió, tenía toda la razón. Le pasó su mano por el pelo rizado, un gesto que con el tiempo había dejado de odiar él, y que a ella le encantaba.

Se acercó a su cuello, le dio dos besitos pequeños y desde allí mismo le dijo:

- T'estimo molt. Soy super feliz contigo, gracias por este año.

- Jo més.

Y antes de que pudiera decir algo más, las palabras volvieron a sobrar con un beso.  Amaia paso sus dedos por la nuca de su chico, le rodeó por el cuello y le besó, dando un pequeño mordisco en el labio inferior y perdiéndose en sus labios.

Y allí, en medio del paseo, dos personas que encajaban a la perfección, como si de un puzzle se tratara. A veces el destino junta a las personas y uno no se sabe lo mucho que necesita a alguien hasta que lo encuentra. 

¡¡Hola!!

Siento mucho no haber subido capítulo antes, tenía ganas de actualizar, pero no tenía ideas para escribir... tengo más imaginación cuando voy hasta arriba de trabajo que cuando estoy de vacaciones. Aunque no sé cuando voy a volver a actualizar, si queréis me podéis dejar en los comentarios ideas para los nuevos capítulos. 

Espero que estéis disfrutando del verano y por supuesto que disfrutéis del capítulo.

Muchas gracias por leerme siempre 😊

El paso del tiempoWhere stories live. Discover now