No creía que fuera capaz de tocar siquiera un pelo de uno de nosotros, nuestro grupo inseparable.
No éramos un grupito formado recientemente. Desde la llegada de Juli, fortalecimos la relación entre los cuatro como ninguno lo había hecho antes en tercer año.
Luqui aportaba su espontaneidad, Juli su seriedad y Seba su infantilidad por sobre todas las cosas.
Discusiones y pequeños caprichos tuvimos, como todos. ¿De qué amistad me estás hablando sin peleas entre sus miembros?
Pero a fin de cuentas, éramos mejores amigos. Nos apoyábamos unos a otros, disfrutábamos momentos inolvidables.
Risas, llantos, enojos, quilombos con minas, bailes de Fortnite, la paja conjunta por no querer estudiar.
¿Y todo eso? Nada existió realmente. Nunca existió.
Mis atisbos de esperanza desaparecieron. Sentí como cada puñalada de Julián en el cuerpo de Seba atravesaban mi propio estómago, destruyendo los órganos vitales y causando un sangrado lleno de oscuridad. No por la sangre en sí, si no por lo que significaba.
Comencé a llorar. Una lágrima, dos, y terminé perdiendo la cuenta.
Quería gritar y patalear. Quería agarrar a Julián y amarrarlo contra la pared para preguntarle con toda la bronca del mundo «¿Por qué?»
Pero eso solo se trataba de una utopía.
Julián pateó la silla de Sebastián y este cayó hacia atrás, impactando su cabeza contra el suelo. Todavía estaba vivo.
TAI se arrodilló al lado de él, observando su lecho de muerte con mucha frialdad.
-Perdón -atinó a decir Seba, y desde mi ángulo pude ver como los ojos de mi amigo se cerraron para siempre.
Le dijo perdón. Qué locura. Esto es lo que nos queda ahora, ¿no? Redimirnos de cosas que nunca sabremos que hicimos mal y esperar lo mejor.
Julián esbozó un grito de satisfacción, y dentro de mí se despertaron unas náuseas asquerosas.
¿Cómo evitarlo? El simple hecho de estar con él es repugnante.
-¿Cómo? ¿Cómo pudiste? -preguntó Gonzalo, que también luchaba con sus trabas sin éxito.
El resto de los que no tenían cintas balbuceaban y susurraban palabras inaudibles, producto del mismo shock por el que yo estaba pasando.
Hace falta una guerra sangrienta o la muerte de algún ser querido para causar un trauma tan grande en alguien.
Ahora quisiera que se imaginen ese sufrimiento multiplicado por diez. Uno por cada compañero de curso que él mató sin remordimientos.
Y después, multiplíquenlo por cien. Uno por cada momento vivido con quien era tu mejor amigo y asesino serial al mismo tiempo.
Tal vez ahí logren aunque sea asimilar de qué se trata todo esto para mí.
-Después de este crudo y doloroso momento, vamos a continuar con la anteúltima de nuestra lista: Estefi -dijo Julián, gesticulando algo inentendible con las manos.
-Basura -contestó Estefi tan pronto TAI le sacó la cinta, y aprovechó para escupirlo. Qué bien que estuvo. Ahora yo era el único que quedaba con la cinta puesta. ¿Por qué estaré último?
-¡Los modales! -bramó con cierto dejo de humor-. ¿Lista para ver el veredicto de los viejos?
-Vos me amas, no vas a ponerme un dedo encima -respondió. Julián pensó su respuesta por un segundo mientras tomaba los sobres.
-Esperemos no tener que llegar a eso -dijo guiñándole un ojo-. Mirá vos que alivio, para mamá sos inocente.
-¿Ah, si? ¿Por qué no le chupo la concha a tu mamá también, en señal de agradecimiento? -respondió intentando mantener el porte. Todos sabemos bien que esta faceta de Estefi solo forma parte de su coraza protectora: si logras atravesarla, es demasiado sensible. Me sorprende que aún no se haya quebrado.
-Y para el papo sos... ¡Culpable! Tal como esperaba. Te odia tanto que ni siquiera dejó detalle -agregó tranquilo Juli, mostrando que todo iba en orden. No se lo veía afectado.
-Julián, no. Dejala en paz. Ya terminaste -se metió Lucas. Siempre entrometido donde nadie lo llama.
-Relaja las tetas, boludo. Mi veredicto con ella va a ser distinto, y lo vamos a hablar después -contestó, y por alguna razón sentí que me pasaría lo mismo. ¿Por qué ponerme antes de Estefi entonces, que parece ser la persona más importante para él?
Inspiré profundo para calmarme. Ya no quedaba nadie más en la habitación. Llegó mi hora.
-¡Nachito! Me quedás vos -dijo mientras me sacaba la cinta de la boca, y sentí una liberación armoniosa. Julián se fue de vuelta a sentar con su carpetita y sobres de mierda-. A ver, vamos a ver. ¡Culpable para Carla! Ey, esa no me la esperaba. ¿Vos?
-Ya no sé qué esperar, Juli. Ya no sé nada -contesté, rendido ante el destino.
-Pero, pero... ¡No te bajonees! Para papá sos inocente, amiguito. Mi veredicto lo hablamos más tarde, hay que cerrar unos temitas antes.
Tenía razón. Algo pasa conmigo.
Saqué todo el aire que tenía contenido, y en ese exhalo escuché una voz. Pero no una voz cualquiera.
-¡Policía! ¡Julián, abrí esta puerta de mierda! No tenés escapatoria.
Se trataba de Damián.
Y venía a salvarnos.
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Tu amigo invisible #1 [EN LIBRERÍAS]
Mystery / ThrillerEra un día cualquiera en el colegio... hasta que los alumnos de tercer año se ven involucrados en un juego perverso. Un asesino serial tuerce de manera psicótica las reglas de un juego de niños. Quien no logra adivinar quién escribió la carta, muere...