Esta es de los hermosos 30 días para nuestros queridos Alude y Giotto
Ya saben sigue la historia si te gusta y si no puedes pasar por mi perfil puedes encontrar algo de tu agrado
Cuantas semanas llevaba sin tocarse, sin poder tener a su amor, sabía que llegaría pronto pero no sabía cuándo exactamente, y se sentía muy impaciente, quería sentirse lleno pero no quería hacerlo solo, sus dedos no eran suficiente, quería a su esposo, quería a el mini-Alude
Pero no podía esperar más, cuando termino todos sus asuntos, se fue a su habitación diciendo a todos que no lo molestaran, llego a su cuarto donde se deshizo de toda su ropa poniéndose algo más cómoda, abrió el armario saco una de las camisas de su esposo
Con tranquilidad se dirigió a la enorme cama que estaba se posiciono en medio, su mano bajo a su entre pierna tocándola, masturbándose a sí mismo con rapidez, pero eso no lo complacía del todo, bajo más su manos hasta su entrada metiéndose dos dedos en esta soltando un gritillo de placer y dolor
Sabía que no era suficiente paro no tenía nada más que a sí mismo y sus dedos, pero un ruido lo hizo levantar su mirada, ahí parado en la puerta estaba su esposo, a la persona que estaba esperando, le sonrió con amor saco su mano de ahí bajándose rápidamente de la cama, como era su costumbre corriendo a besar esos labios con amor
El rubio spikier le tomo de la cintura profundizando él beso, es que como no darle pasión a su beso si encontró a su pequeño esposo en esa posición, se miraba tan erótico usando solo su camisa mientras leven gemidos salían de sus labios.
El rubio menor comenzó a quitarle la ropa a su amor caminando hasta la amplia cama, cuando llegaron a la orilla de este el menor empujo al rubio spikier dejándolo semi acostado, este miro el miembro semi erecto del mayor dedicándole una sonrisa pícara tomo el miembro entre sus manos comenzando a masturbarlo levemente, queriendo jugar un poco más con este y de paso lubricarlo para penetrarse lo tomo en su boca chupándolo desde la punta hasta la base tragando ese pedazo de carne con todo lo que podía
El rubio spikier hizo que el menor dejara de chupar su miembro para hacerlo sentarse en su regazo besándolo nuevamente con hambre, en un momento el menor alineo el miembro de su amor en su entrada dejando caerse en esta, cerro fuertemente los ojos disfrutando de la invasión
Pero esa invasión no era suficiente así que comenzó a moverse con la ayuda de su esposo que lo tenía bien agarrado de sus glúteos apretándolas o dándole nalgadas siendo leves o fuertes, el menor le aruñaba la espalda al contrario lleno de placer, las embestidas se volvían salvajes y continuas, en un punto de la sesión de sexo el menor se cansó así que el mayor comenzó a mover sus caderas penetrando a su amor tomándole de los glúteos
El menor sabía que eso dejaría marcas, unas muy notorias marcas que luego se le reclamaría a su amado pero por ahora disfrutaría, sabía que pronto acabaría y así como lo dijo terminaron los dos al mismo tiempo.
Más tarde ese mismo día
Giotto- cariño sabes que amo que me hagas el amor pero te pasa Alude- no puedo controlarme con tu cuerpo lascivo Giotto- como dices Alude- tu cuerpo es lascivo igual que tu Giotto- te odia Alude- no es tan malo, me encanta como tu piel es marcada por mi Giotto- pero mi piel esta entre morada y rojiza Alude- quieres que la bese Giotto- olvídalo Alude- por cierto, me gusta tu ropa interior Giotto- o calla y hazme el amor otra vez Alude- con gusto cariño
Y así es como ese día no durmieron ni un poco nuestros amados rubios
Espero les haya gustado que en serio amo mi dedicación para hacer esto, y como intento hacer lo mejor espero que mi esfuerzo les guste y no decepcionarlos, así que seré sincero hacer este tipo de cosas me es un poco difícil y vergonzoso así que ya saben lo hago con mucho amor y sudor, así que espero su amor en sus comentarios y votos nos vemos mis amadas y amados estrellitas y estrellitos
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Creditos a su propietario que no se quien es
Oriol al espacio
Y recuerden los sueños son solo nuestros deseos hechos fantasía en un mundo controlado por nuestras mentes retorcidas
