Eleanor Calder

Bæ, miss you.

Enero.

Llevaba cuatro meses sin ver a Louis. Cuatro meses en la cama. Cuatro meses culpandome de todo.

Ni siquiera sabía si Louis y yo seguíamos juntos, no sabía en que punto tan fuerte o tan débil, estaba nuestra relación.

El bebé...pues, lo que yo decía, que se movía porque algo iba mal. Y lo perdimos, hace tres meses, lo perdimos.

Danielle ha estado apoyándome todo este tiempo, dándome ánimos, pero no había nada que me sacase de la cama.

Sue estaba muy preocupada, todos los días venía a mi casa, a limpiar lo poco que yo manchaba y a intentar sacarme de la cama.

-Eleanor, cielo, sal de la cama-suplicó.

-No quiero, Sue-lloré.

-Vas a enfermar.

-A ver, si con un poco de suerte me muero.

-No digas eso, Eleanor, nunca-lloró Sue.

-No me voy a levantar.

-Lottie ha llamado, preguntando por ti. Estarán este fin de semana en Londres, más te vale levantarte y recibirlas.

-¿Que día es hoy?

-Jueves. Levántate, duchate, alimentate y ponte en condiciones de ver a las hermanas de tu novio.

-Louis no ha llamado desde hace cuatro meses. No ha venido a verme y vive a dos pasos.

-Están de gira-le protegió.

-No ahora.

Sue negó con la cabeza, y saliendo de la habitación, me dejo sola.

Miré el anillo de compromiso en mi anular derecho, toqué el diamante, con miedo.

Me levanté de la cama, pensando mentalmente como se caminaba para no darme un golpe contra el suelo.

Admiré la pintura de la pared cuando encendí la luz. Caminé hacia la persiana y tras levantarla, me permití darle un vistazo a la calle.

Apagué la luz, y bajé las escaleras hacia la cocina.

Agarré el iphone de donde, hacía cuatro meses lo había tirado, y comprobé su pantalla rota.

Lo puse a cargar en un enchufe de la cocina, y, mientras encendía, me dí un vistazo en el espejo de cuerpo entero.

Era capaz de contar mis costillas, mis claviculas estaban muy marcadas, mi columna vertebral estaba sobresaliendo por la camiseta, dejando ver todas y cada una de mis vértebras. Parecía la prota de Crepúsculo, demacrada.

Me vestí, y tras coger las llaves del coche, fui al centro de Londres.

Paseé de Trafalgar Square hasta Leicester Square, intentando que nadie me viese.

Entré en una tienda de Vodafone, para comprar el iphone 5 y tras hacer la compra en un supermercado, volví a casa con un café del Starbucks.

Coloqué la compra en su sitio, y después configurar el iphone, e instalar Whatsapp, saque una foto al anillo y se la mande a Louis.

¿Que hacemos con esto?

Comí, algo simple, macarrones con carne y esperé el mensaje de Lottie.

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-¡Elly!-chilló Félicité.

-Hola, mis pequeñas.

-¿Que tal estas?-preguntó Lottie.

-Bien, supongo.

Lottie asintió, mirándome de arriba a abajo y después hizo una mueca.

-Estás muy delgada.

-Lo sé.

Fizzy estuvo contándome lo emocionada que estaba de tener nuevos hermanos, mientras que Lottie me contó lo bien que le iba en el instituto, era su último año.

Ambas me recordaban a Louis en todos los gestos, formas y maneras que tenían a la hora de hablar.

Eran cerca de las ocho cuando tras cenar, Lottie y Fizzy se fueron de vuelta a casa de su hermano.

Louis Beear: Estoy en Doncaster, tú sabrás.

¿Tú sabrás? Si eso era todo, iba a saber lo que yo quería.

Cogí el coche para conducir hasta Doncaster, y hablar con Louis.

El camino se hizo corto, en comparación con lo que realmente era.

En cuanto Louis abrió la puerta, solo le miré a los ojos, y le tiré el anillo al suelo.

-¿Esto es lo que quieres?-chillé llorando.

-¿Es lo que quieres tú?

-¿Estás ciego? ¿Por qué no eres capaz de ver las cosas?

-¿Quéntengo que ver, Eleanor? ¿Qué no te quieres casar conmigo?

-¡Llevo esperando tu llamada desde hace cuatro meses! Perdí el bebé, y solo supiste coger las cosas de la gira e irte. No te digo que dejes tu vida, pero que menos que llamarme, Louis. ¡Niall me ha llamado más que tú! ¡Lottie ha llamado a Sue todos los días! ¡Pero nada de ti!-lloré.- Nada. ¡Ni una llamada! ¡He caído en depresión y te ha dado igual! Te necesitaba Louis, y no estabas. Nadie estaba. No podía depender de Sue. No podía y lo hice. No tenía nada a que agarrarme. ¡Solo quiero morirme!-grité.

Louis me agarró entre sus brazos y me acuchucho entre ellos, pegándome a su pecho. Intentó tranquilizarme varias veces, pero me entraba el hipo, y volvía a llorar.

-Te quiero más que a mi vida, Elly, te juro que lo hago. Pero no sabía cómo reaccionar ante aquello. Estaba tan ilusionado que no podía creer que ya no existía. Lottie llamaba todos los días a cualquiera de los chicos para hablar conmigo y contarme lo que Sue le decía de ti. No me atrevía a llamarte, Lotts me dijo que estabas en una fuerte depresión, llame a Sue y me dijo que los médicos le aconsejaron que no recibiese llamadas de gente a quien llevabas mucho tiempo, porque no sabían como ibas a reaccionar. Pero supe de ti en todo momento, y no sabes lo mal que lo pase, por no poder coger el primer avión que me trajese de vuelta a casa. Quiero casarme contigo, quiero hacerte mía, quiero volver a poner un hijo mío en ti, quiero que todo el mundo sepa que eres mía y de nadie más. Quiero ser el que te levante cuando caigas y el que te sostenga cuando resbales. Quiero que lleves mi apellido, Eleanor.

Y lloré, claro que lloré. ¿Cómo no iba a llorar? Después de todo lo que me había dicho, lo único que podía hacer era llorar y abrazarle más fuerte aún.

Louis se soltó para coger el anillo del suelo y volver a colocarlo en mi dedo tras dejar que yo asintiese a su siguiente movimiento.

-Nos vamos a esquiar a finales, necesitamos desconectar de todo, y pasar tiempo juntos Eleanor.

-Te necesito a ti, llévame contigo a donde sea.

-Te llevaré. No dudes que lo haré.

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Bien, se que rogais por un maratón pero le quedan muy pocos caps, y si hago maratón acabará antes. PERDONARME POR HACER QUE PERDIESE EL BEBE, PERO ME ZIÑO A DATOS REALES INTERCALADOS CON MI IMAGINACIÓN Y NO PUEDO DEJAR QUE TENGA EL BEBE CUANDO EN REALIDAD AUN NO HA PASADO ESO. PROMETO QUE ALGO PASARA EN RELACIÓN AL BEBE.