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Día 4

Una pareja, de jovenes se encontraba acostada en la cama de la azabache ya que el joven había ido a visitar a su novia y ayudarle en unas cosas.

Luego de haber ordenado, la desastrosa habitación de la joven, se acostaron en la cama para descansar.

Mientra la oji-azul acariciabá el cabello de su novio de ahora mechas azules, ella notó los piercings de su novio, cosa que traía varios recuerdos.

-Recuerdas, cuando de hicieron tus piercings-dijo la joven mientra recordaba el suceso.

-Si, tu tenías miedo de oratarte las orejas, que yo tuve que hacerlo para demostrarte que no dolía-dijo mientras reía por lo bajo.

-Según yo, me iban a cortar, con una tijera o cuchillo-dijo sincerandose.

Allí se encontraban ambos, en la sala de estar de la casa de la azabache, la joven estaba temblando del miedo, mientra miraba como pasabán una aguja por la llama de una vela.

A sus once años, ella sabía que su madre planeaba hacerle algo la conocía muy bien.

Por su parte el joven peli-negro, veía como la oji-azul temblaba del miedo, quería reir pero no lo hizo porque sabía que eso empeoraría el estado de la joven.

La madre de la joven tomó en cubito de hielo, un trozo de limón, los pendientes y la aguja.

La joven con temor vió como su madre se acercaba hacía ella, mientras ella temblaba cada vez más.

Su madre le dió las instrucciónes, se recosto en el sillón, por unos minutos tuvo el cubo de hielo por de tras de su oreja, luego lo removió y fue cambiado por el trozo de limón cuando la joven vió la aguja acercarce comenzó a llorar.

Su madre estaba un tanto extrañada por la situación, por otro ladó el joven siempre estuvó sosteniendo la manó de la joven.

La madre de la oji-azul tuvo que conseguir otro cubó de hielo, mientras el peli-negro tratabá de calmar a la azabache.

-Sabes, que yo lo haré para mostrarté que no duele-dijo el joven ya calmando a la joven.

-¿Estas seguro?-dijo ya más tranquila.

-Si, haré lo que sea por tí-dijo seguro de si mismo.

El joven sabía muy bien que le dolería pero lo hizo para que la joven no llorara más.

El mismo proceso se repitio con el joven, la madre de la joven lo comprendio al joven.

Minutos despues, ambos jovenes se encontraban con aretes puestos, el joven no se arrepentia de nada de lo que había hecho, aunque por dentro estuviera llorando de dolor.

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ヾ❥ᴀɢᴏꜱᴛᴏ ʟᴜᴋᴀɴᴇᴛᴛᴇ Where stories live. Discover now