33.- Mi Pelea

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No había podido conciliar el sueño, aunque claro, después de todo lo que sucedió en este día era obvio que la mente de Scott McCall estaba echa un maroma de pensamientos tormentosos:

"Videos; besos, Stiles, engaños, Grunch. Allison... Allison más que nada"

Había recibido tantos mensajes de la chica que Scott optó por apagar su celular. No quería hablarle, él mismo sabía que no podría hacerlo. Estaba dolido, y bastante.

Así que dado a que jamás podría conciliar el sueño se dirigió al hospital. Su madre le había mandado un texto anunciándole que Stiles seguía estable, pero sus ojos continuaban cerrados.

Llegó, se compró un café con una cantidad exorbitante de azúcar y se sentó a un costado de la cama de su mejor amigo. Lo miraba dormir.

¿A esto había llegado todo? Una mordida y la vida de todos sus amigos en Beacon Hills tuvo un giro de ciento ochenta grados, tomando un rumbo diferente y siniestro. A veces Scott maldecía el día en que le hizo caso a Stiles esa noche, cuando le dijo que fueran a ver al cadáver en el bosque.

Por contra, todo habría sido diferente.

La puerta de la habitación se abrió y Scott sintió un aroma muy peculiar. Se puso de pie en un salto y Allison le regresó una mirada de sorpresa.

--Scott... --dijo la chica en un suspiro--, no sabía que estarías aquí...

--¿Es en serio? ¿De verdad creíste que no estaría con mi mejor amigo?

--Claro, claro... --Allison negó con la cabeza--. Soy una tonta. Es de Stiles de quién hablamos.

Scott y Allison se quedaron quietos, se miraban fijamente y el ambiente se tiñó del feo color del silencio incómodo. La Cazadora fue quien lo rompió:

--Scott, yo de verdad...

--No quiero oírlo. --Scott hizo una pronunciada mueca y negó con la cabeza--. Dirás que estabas bajo la influencia de esa magia erótica del travesti...

--Tú lo sabes muy bien, no fue... --"mi intención" iba a decir la chica, pero se calló. Tal vez sea verdad, claro, en su momento en el manicomio. Pero hace unos días... Para ello, ni la chica ni Isaac habían sido malditos con ese tipo de magia.

--Eso lo puedo entender, pero... --Scott hizo una mueca--. Yo también estuve bajo esa magia y créeme, lo soporté e hice el trabajo solo por mí mismo. Pero nunca salí de mi habitación y corrí a la de Lydia...

--De hecho --Isaac entró a la habitación lentamente, el chico ni siquiera miraba a Scott a la cara--, yo salí en busca de Lydia porque claramente estaba muy caliente y la habitación que encontré fue la de All.

--Isaac, por Dios, cállate --gimió Allison.

--Claro, esa es una buena excusa --Scott ahogó las ganas de reventarle un golpe a Isaac en la cara y salió de la habitación rápidamente.

Aunque no se quedó con las ganas de empujarlo con el hombro al pasar al lado del chico. Isaac dió un par de traspiés.

Allison miró a Scott irse y contuvo el impulso de ir corriendo tras él. El hombre lobo estaba furioso y ella lo entendía. Tal vez este no era el momento de hablar con él.

Ella viró su rostro hacia Stiles y sintió un brinco en el pecho al mirar que el chico tenía los ojos abiertos.

--Stiles... --exclamo Allison en un susurro.

--¿Qué hago aquí? --dijo Stiles con confusión.

--Te desmayaste --soltó Isaac.

--Ya me harté de siempre despertar en un hospital --el chico se puso de pie y se arrancó el suero de la muñeca.

Canciones de Amor Para un Lobo™ [Sterek FanFiction]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt