D I E Z

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En la tarde atendí a los estudiantes de cursos menores. Algunos rostros me eran conocidos,  el volumen de la música era estándar y  gracias a ello pude leer.

—Ha estado genial —, comento una pelirroja a su amiga tras cerrar la puerta del salón y  caminar al pasillo.

Mi hambre se hizo más fuerte, pues no podía ir a comprar algo y dejar la entrada abandonada.

Alcance  el jugo que me regaló Tom, tras dar mi primer sorbo apareció Paula con un lindo vestido rojo que llegaba hasta sus pies.

—Has llegado tarde —, comente. Pues hace muchas horas debía estar en el salón porqué también es asistente.

—Lo se, ocurrió un problemita —, saco de un bolsillo secreto su tiquete.

—¿Que pasó? —, pregunté tras sellar su mano.

—Pensaba usar un vestido blanco, pero llegó la regla y pedi prestado este —, indico su vestido.

La puerta sonó y Tom apareció ante nosotras con sus jeans manchados.

—Hola —, le dijo a Paula mientras miraba su lindo vestido rojo, se dieron un beso en la mejilla y volvieron hacia mi.

—La fiesta de la tarde acabo, tenemos diez minutos de receso antes de que abran las puertas de nuevo —, comento el.

Mis nervios regresaron, ahora atendería a compañeros de otros grados así que el jugo hizo efecto en instantes.

—Necesito el baño —, comenté levantandome del asiento. 

—Tom, ¿Puedes cuidar mi puesto? No demoro —, él asintió y corri hasta el baño.

—¿Estás bien? —, preguntó Paula cerrando la puerta tras de mí.

—Si, solo algo nerviosa. No podre salir del puesto por lo que resta de la noche —, dije tras ingresar a un cúbiculo.

—¿Tienes toallas? —, preguntó tras cerrar la puerta de otro baño.

Abrí mi bolso, saque dos toallas y se las pase bajo la puerta.

Mi mente se perdió entre los pensamientos de la noche, y recordé que no había llegado mensaje de recarga.

Sin tiempo para perder salimos con las manos lavadas hacia mi puesto donde estaba Tom.

—¿Donde esta la bolsa? Necesito cambiarme— Preguntó ansioso.

—¿Que te pasó en el pantalón? —, preguntó Paula mientras yo sacaba la bolsa bajo el mantel.

—Me he derramado jugo —, le respondió con enojo en su voz.

—¿Tienes minutos? —, pregunté interrumpiendo su conversación.

—Si, Debo cambiarme, ya vuelvo —, dijo corriendo hacia el pasillo.

**

Fueron muchas personas a la fiesta de la noche, me centre en mi función hasta que la gran fila desapareció.


—No puedo concentrarme —, dije tras dejar el libro a un lado con fustracion,  el alto sonido de la música me desconcentraba, me empece a enojar porque no llegaba la recarga a mi celular.

Las ganas de bailar y dejar mi puesto a un lado empezaban a apoderarse de mi, muchas de las canciones me emocionaban.

—Bien, no hay nadie —, comenté mirando al pasillo. Todos estaban dentro del salón gritando y bailando.

Entre correos [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora