Capitulo 41. (Maratón 2/2)

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-¿James, donde vamos? –Dije  mirando fijamente el parabrisas del auto.

Estaba algo ida. Acabábamos de ir al aeropuerto en donde un señor, que daba la impresión de que trabajaba allí solo porque no tenía nada mejor que hacer con su vida, nos había dicho que los vuelos estaban cancelados hasta el 27 de diciembre.

No era que me desagradara pasar la navidad con James, de hecho estaba más feliz de lo que esperaba. Pero necesitaba ver a mi familia, desde que tengo memoria pasamos la navidad con mis abuelos. Los extrañaría, pero como ya eh dicho antes, este año es bastante diferente a otros.

-Al supermercado. Mamá me pidió comprar algunas botanas para mañana, es la gran fiesta –Dijo rodeando los ojos.

-¿No te gusta la fiesta? –Pregunte, aunque ya sabía la respuesta.

-La odio –Iba con la mirada fija en la carretera, pero se le podía notar la expresión de enojo. –Un lugar lleno de gente adinerada, como mis papas. ¡Qué bonita forma de pasar la navidad! –Levanto las manos del volante para hacer que su sarcasmo se hiciera más notorio, pero al hacerlo el auto se le fue un poco hacia la izquierda. Volvió a colocar las manos en el volante. –No me tomes a mal. Pero gracias a Dios se cancelo tu vuelo, vas a ser lo más bonito de la navidad.

-Yo… ¿Gracias? –No sé si lo último que pronuncio fue algo bonito, como un alago, o un insulto.

-No, enserio. Gracias –Dijo sonriendo –Por cierto, lo siento por tu navidad echada a perder. Te prometo que voy a hacer todo lo posible por que sea la mejor navidad de tu vida –Distrajo la vista del parabrisas y me miro tiernamente, yo solo sonreí.

-James, dame un segundo, voy a llamar a mis papás, deben pensar que estoy muerta.

Marque el número de mi casa en mi celular mientras le pedía al cielo que no se hubiese cortado la señal. Si no voy a poder pasar la navidad con mi familia, por lo menos me gustaría avisarles. Sentía el típico ‘pi’ del teléfono esperando  a que alguien levantara el auricular del otro lado, cosa que dudaba que pasara. Podía ver como la tormenta se ponía cada vez más pesada, por lo menos aquí, en Louisiana.

-¿Hola? –Sentí del otro lado del teléfono. Era mi mamá, y tenía una voz extraña.

-¿Mamá?

-¡_______! –Sentí al otro lado del teléfono, y su voz sonó normal. -¡Pensábamos que estabas muerta!

-¿Qué? ¡No! –Dije riendo –Perdón por no avisar, pero se cancelaron los vuelos, estoy atrapada en Louisiana.

-Mi niña –Dijo en un tono lúgubre. -¿Lo vas a pasar sola?

-No, no te preocupes –Mire a James por un par de segundos. Se veía tan bien intentando manejar correctamente, lo que hizo que me distrajera un poco de la conversación. –Estoy con un amigo.

-¿Con que amigo? –Creo que se alarmo un poco - ______, cuídate mucho ¿Ok?

-Si mama –Lo dije monótonamente, siempre me hacia un tipo de interrogatorio.

-¿Cómo se llama ese amigo? -Su tono de voz era extraño. Una mezcla entre intriga… ¿Y coquetería?

-James –Dije rodando los ojos. Al principio el me miro, pero después se dio cuenta que estaba hablando al teléfono por lo que siguió manejando.

-_____________________, Te vamos a extrañar mucho.

Después de conversar un par de minutos, cortamos. Tenía que bajarme del auto con James, y necesitaba mi máxima capacidad de concentración para no caerme en un charco de nieve, agua o un líquido de dudosa procedencia. Si, fue una conversación emotiva.

Atraccion Prohibida. (James Maslow y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora