Un posible regreso

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Al escuchar esto, Bertha se emocionó y agarrando rápidamente las carpetas, corre a contarles a las del cuartel el chisme.

—¿Qué le pasa Bertha? ¿Por qué salió así? —pregunta Sandra preocupada.

—Jum, por la cara que trae, seguro que es un chisme— responde Mariana.

—¡Es que no saben lo que estos oídos acaban de escuchar! Es un chisme de esos —hace señas con las manos de que es algo grande— que, si no les cuento ya, me exploto.

—Ay no mijita, si usted está diciendo eso es porque ese chisme está buenísimo, mejor dicho, ya mismo convoco un 911— dice Aura Maria agarrando el teléfono.

En presidencia están Armando y Betty aun asimilando lo que Catalina les acaba de contar.

—No sabía que usted siguiera teniendo contacto con ella —dice Betty refiriéndose a Catalina— porque desde el día en que se fue de esta empresa, nadie supo más de ella, o pues eso creía yo.

—No, yo no tengo contacto con ella, lo que pasa es que yo estaba de viaje y me la encontré, así que platicamos un poco.

—¿Y porque crees que estará en el festival? —dice Armando un poco sorprendido por la noticia— ya sería mucha coincidencia, ¿no crees?

—No hablé mucho con ella cuando me la encontré, pero si me contó que había creado una empresa de modas. Y pues bueno, no dudo que haya logrado salir adelante con su empresa, Marcela tiene las capacidades suficientes para hacerlo.

—Claro, ella siempre demostró ser muy buena en su trabajo— dice Betty con un tono de preocupación.

—Sí, ella es muy buena y no dudo en que haya podido sacar adelante su empresa— ve a Betty un poco preocupada, así que trata de cambiar el tema. —Bueno, yo creo que en la sala de juntas ya están Kenet y Gabriela, asi que vayamos pasando.

Betty toma unos papeles que tenía en su escritorio y se dirige a la sala de juntas en donde su esposo y Catalina ya han entrado. Por otro lado, las del cuartel están reunidas en el baño, esperando que Bertha les cuente lo que escuchó.

—Ay Bertha cuente ya, que si sale Betty o la iena de don Armando nos matan porque no estamos— dice Sofía un poco preocupada y ansiosa.

—Si, apúrele mijita porque no se demora don Hugo en salir a buscarme.

—Ustedes saben que— se mete una papa frita a la boca— cuando tengo un chisme de ese tamaño me entra un hambre— todas asienten y Bertha se mete la última papa frita que le quedaba a la boca— bueno, ya ahora si les voy a contar— suspira— doña Catalina le dijo a don Armando y a Betty, que doña Marcela va a regresar.

—¡¿Qué?! ¿Está segura Bertha? —le pregunta Aura Maria muy sorprendida.

—Pues claro mijitica, ¿usted cree que yo voy a soltar semejante bomba sin estar segura? Me ofende Aura Maria.

—Bueno Bertha, termine de contar el chisme— la afana Mariana.

—Pues yo escuche cuando doña Catalina se lo decía tanto a Betty como a don Armando en presidencia.

—Es que, pensándolo bien, no debemos sorprendernos tanto, doña Marcela sigue siendo accionista de esta empresa y puede venir cuando se le dé la gana— dice Sandra.

—Pues sí, ¿pero no creen que es muy pronto para que regrese?, ahora la pregunta es ¿la peliteñida vendrá con ella? —dice Bertha con preocupación.

—¡Ay no!, si esa peliteñida regresa, sería el calvario para nosotras.

—Pues nos tocara aguantárnosla— dice Sofia con resignación— porque si recuerdan, ella se fue con doña Marcela y si regresa una, regresa la otra.

#EcomodaContinúa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora