Prólogo

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Viernes, 17:57 PM.

—¿Estás preparada? —mis manos apretaron más fuerte la manija de mi maleta. Estaba muy nerviosa, sería el primer viaje que haría sola.

Inhale y exhale. Todo iria bien, nada iba a pasar.

—Si, lo estoy —sonreí. Mi mamá acarició mi mejilla con suavidad, yo solo rode los ojos—. Mamá, el lunes estaré de vuelta.

—Y espero que vuelvas intacta —largué una carcajada—. Sabes a lo que me refiero, Tiziana —me miró con reproche.

—Si mamá, voy a volver virgen. Voy a ir a un festival, no voy a prostituirme —sonreí de lado.

La gente comenzó a subir al colectivo, así que mire a mi mamá y la abracé.

—¡Tené cuidado! ¡Y avisame cuando estes con Brenda! —gritó a mis espaldas.

Le di mi bolso al chico que estaba allí y subí a mi correspondiente asiento.

Una vez allí, deje la mochila en el suelo y me puse mis auriculares y en cuestión de minutos me dormí.

***

—¡No puede ser! —susurré. Hacía demasiado calor y no tenía señal.

Camine por la fila y cuando llegó mi turno, agarré mi maleta.

—¿Cuánto van a tardar en arreglarlo? —el joven de ojos claros me miró.

—No lo sé, todavía no sabemos que paso.

—¡Genial! Si querés voy caminando a destino. Estamos solo a unos.. —me hice la pensativa— mil kilómetros.

Rode los ojos y empecé a caminar por el borde de la ruta. Los autos pasaban, y una loca idea se me paso por la cabeza.

No creía que funcionará, pero no perdía nada con intentarlo. Estaba a medio día de llegar a mi destino y el festival era mañana, no podía perdermelo. Me costó mucho pagar la entrada.

Habían pasado alrededor de quince autos y ninguno paró. Suspiré frustada y deje la maleta a un costado, para ponerme en medio de la ruta y ver si alguien venía.
Como no había rastros de ningún auto, me quedé en mi lugar y saqué mi celular. Lo levanté, me moví, caminé, pero seguía sin señal.

Frustada y dándome por vencida, decidí volver hacia el colectivo, pero en cuestión de segundos, un auto a una velocidad demasiado alta, paso por mi lado. El viento me empujó, y del susto largué un agudo grito.

El auto deportivo negro paro frente a mí y un chico se bajo.

Mire mis rodillas desnudas, todas marcadas, gracias al asfalto que las tocó.
Al levantar la mirada, me encontré con unos ojos avellanas que me miraban curiosamente.

—¡Imbécil! ¡Podrías haberme pisado! —le grité, una vez ya de pie.

—Disculpame, pero una persona no puede estar en medio de la ruta —lo fulmine con la mirada para luego agarrar mi maleta y empezar a caminar—. ¿Estás sola?

—No, estoy con toda mi familia. Fijate, están ahí —señalé a la ruta, donde no había nadie.

—Sos graciosa.

—La verdad que si.

—Eu pero posta, ¿qué haces sola acá?

—Se rompió el colectivo que iba a mi destino —me di vuelta, él me estaba siguiendo.

—¿A dónde ibas?

—¿Qué te importa?

—Como quieras, solo intentó ayudarte —me dio la espalda y comenzó a caminar hacia el auto.

—¡Voy al festival que hay en Buenos Aires! —se frenó. Lo miré unos segundos, como esperando algo.

—Yo también. Si querés te llevó —lo dudé unos cuántos segundos, y cuando me di cuenta, él ya estaba llegando al auto.

Estás perdiendo tu única oportunidad, Tiziana.

—¡Esta bien! ¡No te vayas, por favor! —me miró y sonrió, para luego abrir su baúl. Dejé mi maleta ahí y lo miré—. Por cierto, ¿cómo te llamas?

—Joaquín —sonrió, dejándome ver su hermosa dentadura.

Vengo a aclarar algo;
El festival al que van no le voy a poner nombre. O sea, todo es inventado por mí ahre. Por eso no quiero poner nombre y eso pq paja pensar tanto ok

12 horas » tucu correa.Where stories live. Discover now