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— Que quede claro algo, no-soy-tuya ¿está bien? — le dije — No soy ningún objeto ni nada por el estilo que puedas poseer, solo he aceptado porque...

— Porque te gusta mucho cuando estamos los dos solitos — se acercó — Pegaditos — puso su mano en mi trasero — Porque te encanta cuando te la...

— Puedes parar ahí — levanté mi mano en señal de que se callara. Continúe vistiéndome mientras él me miraba y mordía sus labios.

— ¿Y ahora? — mi voz sonó baja y esto hizo que mis mejillas se incendiaron, no quería que mi voz saliera así, el pensará que estoy nerviosa.

— ¿Ahora qué? — unió sus cejas y tragué en seco al ver su expresión ¿Ahora qué? ¿Cómo se atrevía a preguntar eso?

— Tú y yo, ¿como quedamos? — titubeé antes de proseguir — He aceptado tu propuesta, pero la verdad no sé qué somos, ni que seremos a partir de que salgas de esta habitación.

— A ver pequeña — se paró frente a mi y tomó mi mentón para que lo mirara a los ojos. Mi corazón comenzó a palpitar fuertemente ¿Por qué estaba palpitando así? ¿Acaso es por su cercanía? — Mi propuesta fue simple desde el principio — me sonrió — Tú y yo no somos nada, ni tampoco lo seremos. No me importa con quién estés ni dejes de estar, yo simplemente lo que quiero es poder hacer estas deliciosas cosas que hacemos cuando yo quiera o quieras tú.

Me quedé observando su rostro mientras me decía todo esto. Había entendido su punto y me había parecido bien, la verdad a mi tampoco me importaba con quién él estuviera. A decir verdad, solo había aceptado porque me gustaba mucho estar con él en la cama, cuando me tocaba y acariciaba de esa manera, en ningún lugar más sentía esas cosas, así que no lo quería como mi novio, no era esa clase de persona importante que yo me pudiera enamorar. La verdad prefiero no volverme a enamorar, porque así como estoy ahora, estoy bien.

— Está bien — asentí varía veces frente a él — Lo he entendido así que no te importará que me acerque a cualquier otro chico — lo miré a los ojos.

— Ya te dije pequeña — volvió a sonreír, dejó un beso en mi mejilla y salió del cuarto.

(...)

— ¿Qué has hecho aquí tu sola? — me preguntó Yuhe mientras se maquillaba para la fiesta de esta noche.

Nos habían invitado a una fiesta que darían unas personas que estaban en una casa cerca de aquí. Al parecer son amigos de los chicos o se conocieron aquí, lo único que sé es que todos estábamos muy ansiosos por ir a la fiesta, hasta yo.

— Nada, solo dormí un poco, sabes que el agua y el Sol juntos no son una buena combinación para mi — respondí sin darle mucha importancia.

— Jimin también desapareció hoy, creo que cada vez que tu no estás, él tampoco, ¿no crees que es casualidad? — entrecerró los ojos mirándome raro.

— Debe de ser casualidad, porque la verdad en todo el rato que estuve aquí el no se apareció — mentí.

— Tal vez te estaba buscando pero no te encontró — volvió a decir y ahí fue que me di cuenta de qué ella sabía algo.

— ¿Qué insinúas?

Se acercó y se sentó en él borde de la cama junto a mi.

— Creo que le gustas a Park Jimin — rió, una risita picara — Hoy cuando estabas hablando con Hoseok y el los vió tan pegaditos puso una cara muy sería, incluso se quedó parado detrás de ustedes y luego los interrumpió, creo que quería saber que estaban hablando.

¿Será verdad? ¿Jimin estaba celoso? Nah, no puede ser, él no podía estar celoso de Hoseok cuando me dijo que no le importaba con quién yo estuviera. Espera...

No hables, vas a hacer que me enfade más de lo le estoy y eso pequeña... no te conviene — me miró de una manera extraña, como si estuviera molesto conmigo.

Ahora que recuerdo cuando él llegó esta tarde estaba raro, incluso creí que estaba molesto pero al pasar un rato lo olvidé por completo. Quizás por eso fue más duro conmigo, incluso ahora todavía me duelen mis nalgas de tantas veces que dió en estas.

No, pero aun así no puede ser.

(...)

Al fin habíamos llegado a la fiesta, todo estaba demasiado loco aquí dentro. Pasé de largo por el pasillo lleno de personas y llegué hasta la mesa de las bebidas, necesitaba un trago.

— Escoge el que mas te guste, yo invito —sentí la voz de alguien detrás de mi y cuando me giré me encontré con el rostro de un chico.

— Pensé que era barra abierta, ¿acaso la casa no es la que invita? — terminé de servir mi trago y me giré hacia él. Ahora de frente pude observarlo mejor, era alto y su color de cabello llamaba mucho la atención, me recordó el tiempo en que Jin se lo tiñó de rosa, el mismo que tiene el chico.

— Por supuesto, por eso es que lo digo — alzó sus cejas.

— Comprendo, así que tú eres el dueño de la casa — asintió sonriendo lo que dejó al descubierto unos hermosos hoyuelos — Por lo tanto el que organizó esta fiesta.

— Exacto — volvió a reír aproximándose más a mi —¿Sabes? En este verano han venido muchas chicas lindas a Busan de vacaciones, pero ninguna como tú — ahora estaba tan cerca de mi que tuve que dar un paso hacía atrás.

— Muchas gracias, supongo — reí.

Seguí conversando con el chico amistoso quién me había dicho su nombre. NamJoon, la verdad a pesar de estarme coqueteando todo el tiempo me cayó bien, incluso en el momento en que comentó que era bueno que yo no quisiera bailar como los demás ya que en eso según él, era muy malo. De nuevo me recordó a SeokJin, ¿por qué esos dos chicos me parecían tener tantas cosas en común?

Miré hacía donde se encontraba mi hermano y su grupito. Estaban casi todos menos Jimin ¿Dónde se había metido? Seguí buscando con mi vista y al final lo encontré. Se encontraba al otro lado de donde estaba yo y me miraba fijamente con la misma expresión de enfado que antes. Nuestras miradas se encontraron pero ninguno de los dos cambió su expresión. Entonces de la nada apareció una chica quien lo abrazó y comenzó a besarlo, las manos de Jimin se dirigieron al trasero de ella y comenzó a tocarlo mientras me miraba con un sonrisa.

Mis mejillas se incendiaron y una rabia me consumió totalmente.

¿Acaso me estaba provocando?

Sick Boy; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora