45 Final

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— ¿Qué hacen por aquí chicos? — nos preguntó Hoseok quién venía con su novia dado de la mano.

— Hoseok. — lo llamó la chica.

— Oh sí. Chicos, ella es Dae, mi novia. — nos presentó — Y él es Tae, un amigo y ella... — me miró — Ella es...

— Una amiga también — lo ayudé. Sé que sería incómodo si ella supiera que estuvimos juntos, así que ayudé a Hoseok con su trance.

— Mucho gusto. — dijo con una sonrisa.

— Bueno, fue bonito verlos. Pero tenemos que irnos, nos vemos después. — se despidió Hoseok y se fue junto a su chica.

Los observé alejarse y sonreí.

— Hacen bonita pareja, ¿no crees? — le pregunté a Tae.

— Sí, pero nosotros más, ¿no crees? — me giñó un ojo.

— Tonto.

Me reí y me giré para continuar nuestra búsqueda de un taxi y puedo jurar que había visto a Jimin por un momento, pero cuando miré bien, ya no había nadie. Tal vez era cosa de mi cabeza.

(...)

¿A quién se le ocurrió la fiesta? Claro, a SeokJin, ¿a quién más? Si cuando yo lo digo, es un maldito. Tengo que estudiar y a él se le ocurre montar una fiesta con la música esa que me va a reventar los oídos.

Me paré en la ventana y miré hacia su casa. Habían personas fuera de esta y algunas entrando, ni rastro de él o de mi hermano, ¿habrá ido Tae? Hace unos días que no lo veo. Miré hacia la calle porque me pareció ver algo extraño, había alguien parado en la oscuridad. Pero no podía ver bien quién era y estaba mirando hacia acá porque estaba de frente a mi casa. Pero esa moto, no puede ser, será...

— Hola.

— ¡Por Dios TaeHyung te voy a matar! — le tiré el cepillo de peinar.

¿¡Cómo se le ocurre entrar así!? Casi me mata de un paro cardíaco.

— ¡Auch! — se quejó masajeando la parte de su hombro dónde le había dado — Eso dolió. — hizo puchero.

— Ay ya no te quejes, ni lo tiré con tanta fuerza. A ver. — me paré a su lado y toqué su hombro. Le di un masaje rápido — ¿Qué haces?

— Viene a traerte esto. — de su mochila sacó un libro algo grueso — Es un diccionario en inglés, como ese es uno de los idiomas que estás estudiando, pensé que te serviría. Lo tenía mi padre en sus cosas y se lo he pedido para dártelo.

Me miró y relamió sus labios nervioso.

— Gracias Tae. — tomé el libro.

Wao Tae es tan lindo, siempre está pendiente de mi y de mis cosas. La verdad que es un gran chico. Volví a dirigir mi vista a él y lo encontré mirándome fijamente.

— ¿Puedo besarte? — me preguntó y yo asentí.

Suavemente se acercó a mis labios y cuándo estuvo lo suficientemente cerca, los besó. Primero fue solo un roce y luego abrió su boca para hacerlo más intenso. Tae me besaba muy cariñosamente, con suavidad y con amor.

(...)

Salí de la Universidad y al mirar hacia el frente, me encontré con algo que no esperaba, mas bien, alguien. Lo sabía, todo este tiempo era él. No estaba equivocada, Jimin nunca me había dejado, él no se había dado por vencido conmigo.

Sick Boy; pjmOnde histórias criam vida. Descubra agora