Jimin

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Jamás conoció a su madre, una mujer que cometió un error, un error necesario, él sabía que el trabajo de la única mujer que amo no era precisamente el mejor, pero también sabía que ella no había tenido opción.

Huérfana y sin estudios, Chaeyoun encontró sustento en la prostitución, le avergonzaba en demasía pero ningún trabajo decente aceptaría a alguien que ni siquiera termino primera fase de estudios básicos.

En una de esas ocasiones donde se ganaba la vida, engendró a lo que por algún tiempo sería su único rayo de esperanza. Un tiempo se ausento y fruto de ella nació un pequeño al que nombró Jimin.

Paso un tiempo y Park Chaeyoun había mantenido bastante bien escondido a Jimin hasta ese día. Conocía a aquellos hombres, secuaces de aquel despiadado ser que en algún momento vio potencial en ella y que ahora, debido a sus bajos ingresos, buscaba matarla.

No entendía como habían dado con el lugar en el que ella se encontraba, pero ahí estaban, dos a un lado de ella apuntandole cada uno con un arma a una parte distinta de su cuerpo y un último tomando al pequeño Jimin entre sus brazos. Con una sonrisa melancólica y un mar de lágrimas inundando su rostro soltó el último adiós a su lindo bebé y sintió aquellos trozos de metal atravesar su cráneo y tórax antes de desplomarse y caer al suelo de la sala de aquella desgastada casa. Los tres señores no se molestaron en ocultar nada y salieron de ahí con un bebé que apenas y había visto a su madre, vista que jamás volvería a recordar debido a su corta edad.

15 años para ser exactos habían pasado desde aquel día en el que su madre había muerto, aquel dato solo lo sabía pues Seokjin, su cuidador, se lo había comentado días atrás pues el pelinegro había insistido demasiado dando por finalizado que el pelirosa le contase todo lo que recordaba de aquella historia, historia la cual su padre le contó cómo si matar y despojar de su hijo a alguien fuese la mejor proesa que un humano pudiera conseguir.

Durante cierta parte del tiempo que vivió ahí, al menos desde que cumplió ocho años, se dedico a ayudar al negocio. Al principio solo era un asistente, ayudaba con el vestuario que se usaba en los shows los fines de semana y algunas veces cuidaba de aquellos que salían heridos después de un servicio. Sin embargo todo cambio cuando cumplió catorce años, comenzó con su jefe y continuó hasta ese momento, a veces acababa roto y otro chico lo ayudaba a reponerse, a coserse. En aquel lugar solo tenía el apoyo de Seokjin quien solía cuidarlo cuando se dañaba de más, recordándole cuando él hacía lo mismo por los demás chicos y chicas que ahí trabajaban.

Justamente aquel jueves era especial pues se llevaría a cabo la venta anual, evento en el que algunos chicos y chicas eran vendidos a, usualmente, señores mayores con deseos de satisfacer sus fantasías sexuales con cuerpos jóvenes. Dado que ya había cumplido los quince años, se veía prácticamente obligado a participar en aquello por lo que aquel día Seokjin cuido y arreglo de más al pequeño y frágil cuerpo de un dañado Jimin.

Una adorable y rosada falda junto a una ligera blusa y zapatos negros acompañados de medidas blancas eran lo poco que vestía al pequeño pelinegro. En su cuello un choker de cuero negro y en su azabache melena un par de orejas de gato sobresalían de entre los mechones.

La hora llego y en cuanto sonó la, para él, desconocida alarma una fina tela negra cubrió sus ojos privandolo de la vista. Luego de un rato de escuchar bullicio, sintió como un par de fuertes brazos rodearon los delgados suyos y lo levantaron obligandole a caminar; después de un cierto tiempo de caminata por fin lo soltaron y quitaron la venda de sus ojos, cerro estos un momento ante la potente luz que lo cegó y una vez se acostumbró, volteo su cabeza vislumbrando completamente el lugar. La vista mostraba una gran cantidad de hombres entre los que se destacaba un, entre sus ojos, lindo peligris que al cruzar miradas con él, le regaló una tierna sonrisa mostrando sus envías causando un sonrojo en Jimin haciendo que el bullicio aumentará ante la tierna imagen que le regalaba a los exportadores.

El tiempo pasó y solo pudo escuchar por cuánto lo habían vendido: 1,000,000,000 wons. Una vez la subasta termino fue encaminado al pequeño cuarto donde dormía para que empacara algunos trajes que le podrían servir y una que otra pertenencia qué tal vez tuviera. No llevaba nada realmente pero aún así cargo con una mochila algo grande.

Su sorpresa fue grande al descubrir que su comprador fue el peligris que le sonrió tiernamente unos instantes antes. Aquel hombre lo encaminó a un lujoso auto negro al cual ingreso; durante el camino no hablaron.Al llegar a su destino, el cual era una lujosa mansión, el peligris dijo algo que desconcertó en demasía a Jimin.

-Nunca pensé que el hijo de Chaeyoun fuera tan lindo-.

-¿Cono-cio a mi madre?-.

-Fuimos amigos-. Después de un ligero silencio volvió a hablar. -Me pidió que te buscará y por eso estás aquí; tranquilo, no haré nada de lo que el "contrato" dice-. Mencionó haciendo comillas al decir contrato. -Así que siéntete como en casa, ahora este lugar es eso, tu hogar-.

-N-no se que de-cir... Gracias-.

-No es nada-. Nuevamente sonrió. -Me alegra haber cumplido el último sueño de tu madre-.

-En fin, ¿Deseas comer?-.

-Por favor-.

Ambos comieron compartiendo una amena y vana charla. Jimin consideraba suerte que aquel joven lo comprara, al menos a su lado esperaba tener una vida de lo más plena, esperando ser felíz.

°•~ My Babys ~•° (Suga x maknae line) [Cancelada]Where stories live. Discover now