Remember me 💫 Juuzou Suzuya

💫 Capítulo 29

[Abril]

El mes de Marzo llegó con la época de ceremonia, donde se anunciaban a los investigadores que subirían de rango, desde lo que pasaban de Nivel 3 a Nivel 2, a los que pasaban de Clase Especial Asociado a Clase Especial. Entre aquellos que subían de rango estaban Tn y Juuzou, quienes pasaban de ser Primera Clase a Clase Especial Asociado; Shinya y Urie habían subido a Nivel 2, entre otros.

[Distrito 13]

Tn y Juuzou caminaban, ella cargaba unos papeles y él comía dulces; iban conversando, y riendo.

– Vamos Azúcar, te hago una carrera hasta la sala de reuniones –rió.

– Pero-

Juuzou dio un par de pasos, adelantándose, pero una voz los detuvo.

– ¡Tn, Jūzō!

Ambos giraron la cabeza, mirando a aquella persona.

– Yuuki –sonrió.

– Hola cuñado –sonrió.

El castaño rió mientras se les acercaba.

– Llegas a tiempo, íbamos a la reunión.

– Creí que ya estarían ahí.

– No. Nuestras escuadras ya fueron allá, nosotros buscaríamos unos papeles y subiríamos.

– Ya veo.

La escuadra de Yuuki se acercó a ellos y saludó a la joven pareja, quienes saludaron también. Todos se encaminaron a la sala de reuniones.

– Creí que te gustaban los "peses gordos", ¿Por qué estás en éste caso también? –preguntó Juuzou.

– Porque éste ghoul que persiguen puede estar ligado con el "Restaurante Ghoul". Si es así, puedo dar con esa organización, y con su "anfitrión": Baltazar.

– ¿Baltazar?

– Un ghoul Nivel SS+. Poderoso como el Búho, y con influencia, más que la que tiene Aogiri.

– Wow...eso es mucho.

– Un pez gordo –rió.

– Quiero ayudarte –sonrió Juuzou.

– Ah... –rió.– Claro enano –revolvió su cabello.

Entraron a la sala y se sentaron, comenzando la reunión.

[Día siguiente]

Era el día de descanso de Tn, Juuzou y sus escuadras, por lo tanto, ambos decidieron quedarse en la cama unos cinco minutos más. Él dormía placidamente, había quedado agotado ayer pues había perseguido muchos ghouls; ella había despertado hace pocos minutos, y ahora lo observaba con una sonrisa de enamorada, amaba verlo dormir pues parecía un ángel. Acarició el cabello oscuro de su amado novio y luego su mejilla. Varios minutos después, la fémina decidió levantarse, por lo que se movió con cuidado de no desperar al contrario, pero a penas se sentó en la cama, sintió un movimiento tras ella y luego un par de brazos que la sujetaron de la cintura; volteó la cabeza, viendo al pelinegro abrazarla por la cintura, con los ojos cerrados.

– ¿Jūzō?

– Hmm. Azúcar~ –habló con una voz algo ronca. Entreabrió un poco los ojos y la miró.– ¿A dónde vas? –preguntó, aún con sueño.

– A preparar el desayuno, y despertar a los niños.

– No quiero que te vayas...

– Ya es tarde, Jūzō. Debemos desayunar.