~Capítulo 10~

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Narra Raoul
Escribo rápido mis dos papeles, todos los años escribo lo mismo, así que es fácil. Y nunca funciona.

- ¿Que has escrito Raoulito?

- Lo de siempre Mimi.- Le enseño uno de los papeles y me sonríe.

- Olvidar a Manu y que se vaya a la mierda.- Se ríe y vuelve a doblar el papelito para dármelo. El otro nunca se lo enseño, tampoco me lo pide.

Los demás también acaban de escribir  así que todos salimos. Nos han dejado estar por el campamento hasta la hora de la cena  bueno yo antes para poner las mesas y eso.

- ¿Y cual es el castigo?- Les he contado que me han castigado, aunque el motivo solo lo sabe Alfred.

- Tengo que ayudar a los monitores a acostar a los más pequeños. Me voy a pegar un tiro, los niños me ponen de los nervios.

- Ay pues a mí me encantan.- Nerea sonríe y Aitana le da la razón. Estas dos se traen algo, siempre están lanzándose miraditas.

- Oye Raoul, ¿y tus papeles?- Miro a Alfred asustado, y me tapo la boca con las manos.

- ¡Mierda! Ahora vuelvo, podéis iros, ya os encontraré.- Salgo corriendo de vuelta a la cabaña y voy a mi mesa.

Ya solo quedan los más pequeños y algunos mayores, me fijo en una mesa donde solo hay uno, Agoney. Me apetece molestar un poco, cojo mis papeles y los guardo en mi bolsillo.

Después me acerco sigiloso y me agacho debajo de la mesa. De repente, le cojo una pierna.

- ¡Ahhh!- Agoney pega un salto y se levanta de la silla.- Pibe, ¿me quieres matar de un susto o que?

Empiezo a reír a carcajadas y me agarró la barriga. Él, mientras, me fulmina con la mirada y recoge los papeles que ha desperdigado.
Me siento en la silla de al lado pero no me mira.

- Joder Ago, que era broma.

- No me llames Ago. Me llamo Agoney.- Me mira tan serio que no soy capaz de decir nada más.- Y ahora que ya me ha asustado, te vas.

- No quiero. ¿Que has escrito?- Hago el amago de coger un papel, pero rápidamente me da un manotazo.- ¡Ay!

Se le escapa una risita por mi exagerada reacción, pero vuelve a ponerse serio y acaba de escribir una frase para después doblar el papel.

Antes de que pueda guardarlo en el bolsillo del pantalón, se lo quito y salgo corriendo.

- ¡Raoul! ¡Devuelvemelo!- Empieza a perseguirme y he de decir que el mamón es rápido. Pero yo soy listo y voy por debajo de las mesas y me meto en sitios difíciles.- Raoul joder.

No pienso leerlo, pero quiero molestarle un poco, total, ni que fuera tan grave lo que ha escrito.

Me meto en el armario del material, que es como un pequeño almacén, y cierro la puerta. El forcejea por fuera y yo por dentro, pero al final acaba ganando y entra dentro.

- Ago... Tranquilo...- Me voy alejando asustado hasta chocar con una estantería, me separo un poco y pongo las manos al frente para pararle. Me mira súper enfadado, aunque creo que también con cierto deje de diversión.

- Raoul... Estás muerto.- Acaba con la distancia y me empuja contra la estantería otra vez, haciendo que un bote de pintura caiga y me de en la cabeza.

- ¡Ay!- Llevo mis manos a la cabeza y hago una mueca de dolor. La expresión de Agoney cambia a una de preocupación y me aparta las manos para ver el golpe.

- Dios, los siento mucho.- Me acaricia el pelo, por encima del chichón que me va a salir, y después me mira a los ojos. Esta realmente arrepentido, y como no ha sido para tanto, me lo tomo como una pequeña venganza.

Narra Agoney

Joder, le va a salir un bulto enrome en la cabeza que va a parecer un unicornio. Y encima por mi culpa. No dice nada, tan solo baja la cabeza y se lleva las manos a la cara. Cada vez estoy más preocupado. Y si le duele mucho, o... O se va a desmayar...

- Raoul, ¿que pasa? ¿Te duele mucho? Joder háblame.- ya se me ha olvidado hasta el papel, que está caído en el suelo del pequeño almacén. Ahora mismo solo me importa Raoul y su cabeza.- ¿Estás bien?

- Me duele mucho...- Se deja caer al suelo con las manos en la cabeza y la esconde entre sus rodillas.

Vale, joder me estoy asustando. Me agachó delante de él y le tocó la cabeza, pero solo escucho un gemido de dolor.
Venga ya, ni si quiera tiene ahí la herida.
Como me este engañando...

- Raoul... ¿Quieres que vaya a por hielo? O prefieres que te acabe de romper la cabeza para que llores por algo.- Levanta la cabeza sorprendido y esboza una sonrisa.

- ¿Tan mal miento?- Suelto una carcajada y le tiendo una mano para que se levante.- Joder, pensé que te lo habías tragado. Aunque me duele un poco eh.

- Exagerado.- El ríe y acaba de levantarse.

Cojo mi papel del suelo y me dispongo a salir del almacén.

- Oye, podríamos hacer un trato, ¿no?

- Depende.-Me giro para mirarle, y veo que tiene una sonrisa ladeada.

- Me das tu papel y yo te doy el mio. Y yo tiro tu papel a la hoguera y tu tiras el mío.

- No.- Abro la puerta y salgo antes de que pueda seguir hablando. 

Me niego rotundamente a la posibilidad de que lea mi papel, es demasiado personal. 

- ¡Espera! No tenemos porque leerlo, ahí esta el trato, y la confianza.- Le miro incrédulo y me cruzo de brazos.- Yo no voy a leer tu papel. Y espero que tu el mío tampoco.

- No me fío.

- Por eso, para hacernos amigos hay que hacer un sacrificio.-¿Pero este pibe esta loco o que? ¿De donde saca estas ideas?

- ¿Que te hace pensar que puedes confiar en mi?- Se pone serio y se acerca más a mi.

En realidad nunca leería su papel, no me gusta cotillear cosas que no son mías, y aunque él lo hiciera, yo no me vengaría haciendo lo mismo.

- Porque escondí tu móvil y aún no me has preguntado por él, así que si no confiaras en mi ni me lo habrías dejado, sabiendo que sé tu contraseña, que por cierto es muy fácil.

En realidad tiene razón, pero ahora que me recuerda lo del móvil, me doy cuenta de que tengo que saber más. No entiendo con que derecho cotilleó  mi móvil, ni quien le ayudó, pero me niego a que pueda chantajearme con eso.

- Devuélveme el móvil.

- ¿Por que?

- Para cambiar la contraseña y que dejes de molestarme.- Me cruzo de brazos y le encaro.

- ¿Así que ahora te molesto no? Pues nada, te doy tu móvil para que después me lo vuelvas a dar y te enfades por nada.

- Tu no sabes porque me enfadé.

- Pues dímelo.

Me giro, paso de discutir. Ya encontraré mi móvil por la cabaña. Es que no se ni para que le dije que lo escondiera. En los momentos de debilidad no se ni lo que hago, y ahora estoy pagando por ello.

Asegurándome de que tengo los papeles en el bolsillo, me voy a la cabaña.

/PAUSADA/ Nos metimos en un lío y nos acabamos liando (Ragoney)Where stories live. Discover now